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lunes, 27 de mayo de 2013

INCH´ALLAH





Trabajo en la comisión de calificación de películas del ministerio de cultura y tengo una enorme suerte, pues veo –antes que nadie– todo el cine que se va a estrenar en nuestro país. Ya sean largos, cortos, avances e incluso películas para vídeo. Somos diez personas de diferentes perfiles, que tras haber visionado cada largometraje, decidimos cual es recomendable para que lo vea la infancia, la adolescencia, o para la edad adulta. No se trata de la vieja censura de la época de Franco, ni siquiera de una calificación moral –pues cada uno tiene la suya propia–. Pero si, una recomendación para la protección del menor, ya que por sus imágenes explícitas o su temática pudieran asustar, herir o causar un trauma a los más pequeños. Hay que partir de la base que en este país no se prohíbe ver nada, de hecho un adolescente puede entrar en una sala donde se proyecte una película: “No recomendada para menores de 18 años”, sin acompañar de un adulto y bajo su responsabilidad. Pero una madre que vaya con su niño pequeño al cine, tendrá una orientación sobre cual largometraje es más aconsejable para ver con la criatura.


Aclarado esto, vuelvo a insistir en la suerte que tengo, al poder descubrir cada día, directores de cine que son nuevos para mi, y películas de todas las nacionalidades. Además las disfruto en versión original y eso siempre es un placer. Sin embargo y como contrapartida, después de ver hasta tres largometrajes diarios, te cambia la percepción que tenías sobre lo que es bueno o malo en el cine. De hecho la mayoría de las historias, las olvidas rápidamente dejando espacio en tu disco duro para recibir nuevas ofertas. Pero hay veces que una película se te queda grabada en la mente y ya no hay forma de deshacerte de sus imágenes. Este es el caso de Inch´Allah; Franco/Canadiense del año 2012, que se llevó el premio FIPRESCI, en la última edición de la Berlinale.

Su directora: Anaïs Barbeau-Lavalette –actriz, directora y guionista canadiense– consigue en esta cinta, conducir al espectador por todo un mundo de sentimientos a través de las miradas de Chloé –una médica canadiense– y sus dos amigas: Rand –una paciente árabe– y Ava –una militar Israelí–. De esta manera cuenta el conflicto Palestino-Israelí dándole además una visión de género. El público puede entender cómo viven y piensan los palestinos y cómo han llegado a normalizar el horror, al tener que convivir diariamente con el sufrimiento de las humillaciones y agresiones a los que son sometidos en su propia tierra. A la vez que Chloé, el espectador empieza a entender la imagen tan sesgada que nos han vendido en occidente del mundo árabe, contribuyendo con eso a su demonización.

Al igual que en la película La decisión de Shophie, el momento clave de Inch´Allah, es cuando Chloé tiene que elegir, y a la vez que el público, descubrirá que no se puede estar en dos bandos por mucho tiempo, pues al final siempre hay que tomar partido.

En febrero de 2013, Anaïs Barbeau-Lavalette fue nombrada artista del año por Les Artistes pour la paix, una organización con sede en Montreal que concede el galardón a las obras de arte que incluyen temas por la paz y el entendimiento.




Quizá esta película me haya tocado de manera especial, porque he viajado varias veces a Cisjordania y he visto y sufrido cómo tratan a los palestinos allí. Los Israelís han construido un muro de hormigón que mide ocho metros de altura y kilómetros de longitud, llegando a cercar ciudades enteras como Hebrón, Belén... Una situación mucho peor incluso que en el gueto de Varsovia, por las dimensiones del muro y la cantidad de seres humanos hacinados y malviviendo sometiéndose a la voluntad del invasor.


Siempre me sorprendió que precisamente los judíos que habían sufrido en su propia piel el horror del holocausto, ahora estuvieran haciendo con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con ellos. Entonces se dijo que ocurrió aquel genocidio porque el mundo no tuvo conciencia de lo que allí pasaba hasta que acabo la ocupación. Pero ahora que tenemos toda la información sobre la violación sistemática de los derechos humanos en Palestina, no sólo no se hace nada para pararlo, sino que los gobiernos miran hacia otro lado mientras siguen teniendo relaciones comerciales preferenciales con Israel como es el caso de la Unión Europea. Y la industria armamentística española sigue vendiendo armas a estos países que no cumplen los tratados internacionales.

En la navidad del 2008 como en los años anteriores, me encontraba en Palestina haciendo un concierto por la Paz en la Plaza del Pesebre de Belén. Asociaciones Israelís por la conciliación, nos invitaron a celebrar otro concierto en Tel Aviv el 27 de diciembre. Nada más llegar a esa ciudad tan tecnológica, empezó un bombardeo israelí en la franja de Gaza –la Operación Plomo Fundido– y siguió la contienda durante varios días.

Regresamos a España a principios de enero del 2009 y continuaba la masacre sin que nadie hiciera nada por pararlo. Promoví un manifiesto que firmaron un montón de personas de la cultura, intentando posicionarnos porque al igual que nosotros, en otras partes del mundo la población civil presionaba a sus gobiernos para que pararan esa barbarie. El 18 de enero y tras la presión internacional. Israel paró los bombardeos de lo que se llamó La Masacre de Gaza. Veintidós días continuados por tierra mar y aire, de ataques indiscriminados donde murieron más de 1400 Palestinos siendo la mitad de ellos, población civil, incluyendo mujeres y niños.

Han pasado cuatro años y todo sigue igual en Palestina. Gracias a iniciativas como la película Inch´Allah de Anaïs Barbeau-Lavalette al menos conseguiremos que los palestinos no caigan en el olvido hasta que definitivamente cesen las hostilidades.

Os dejo el comunicado del 2009, para que nunca olvidemos que todavía esto sigue pasando. y 

¡INCH´ALLAH PALESTINA LIBRE!

14/01/2009
Los firmantes de este comunicado, pertenecientes al mundo de la Cultura, declaran su indignación por la imagen falsa y distorsionada que se está dando del conflicto palestino-israelí.
El detonante de la violencia es la ocupación israelí.
Israel sigue avanzando e invadiendo territorios de los palestinos en lugar de replegarse a las fronteras del 67. Está humillando, deteniendo, hiriendo y matando, todos los días a niños, mujeres y hombres por toda Cisjordania. Hay bloqueo en ciudades como Nablus y Hebrón, desde hace 8 años e incursiones del ejercito todas las noches. Gaza es un campo de concentración asediado por tierra, mar y aire desde hace mucho tiempo.
A los palestinos se les derriban casas, se les niega el agua, la luz, el paso a los hospitales, a las escuelas, a los huertos… mientras la Comunidad Internacional lo permite.
Israel es el país que más incumple las resoluciones de la ONU, que menos respeta los Derechos Humanos. Ya el 6 de noviembre pasado, Israel sacó una normativa que prohibía la entrada en Gaza de informadores extranjeros, ¿es esa la libertad de expresión que la Comunidad Internacional apoya?
Israel es un país ocupante que ejerce prácticas de terrorismo de estado.
Exigimos, en nombre de la ética y la moral, a la Comunidad Internacional que envíe fuerzas de interposición, y obligue a negociar para lograr una paz justa, con la creación de dos Estados y que Israel derribe el muro.

Los firmantes estamos en contra del uso de la violencia de todas las partes y exigimos a nuestro gobierno llamar a consultas al embajador Español en Israel hasta que se detenga la ofensiva criminal hacia Palestina, como prueba contundente del rechazo que sentimos por las acciones desmesuradas del ataque israelí, y que negocie la entrada de informadores internacionales en toda la zona.

FIRMADO:

Amaral (Juan y Eva), José Saramago, Javier Bardem, Rosa Mª Sardá, Emilio Gutiérrez Caba, Verónica Forqué, Ismael Serrano, Fernando Colomo, Iciar Bollaín, Bebe, Carmelo Gómez, Cristina del Valle, Rosa Regás, Willie Toledo, Juan Diego Botto, Pilar Bardem, Fernando Guillén Cuervo, Mercedes Sampietro, Teresa Aranguren, Benito Zambrano, Alberto San Juan, Juan Diego, Lola Dueñas, Genma Cuervo, Ana Fernandez, Silvia Abascal, Caco Senante, Laia Marull, Dani Guzmán, Ana Rossetti,  Natalia Dicenta, Isabel Ordaz, Vicky Peña, Nieve de Medina, Ruth Gabriel, Paul Laverty, Silvia Marsó, Rosana Pastor, Pedro Costa Musté, Dafne Fernandez, Ramón Pons, Marina Rossell, Javier Ruibal, Carmen París, Luís Pastor, Mercedes Ferrer, Javier Corcuera, Mercedes Lezcano, Pilar Ordoñez, Juan Luís Iborra, Paco Ibáñez, Gerardo Olivares, Nacho Campillo, Carlos Bardem, Alberto Comesaña, Marta Belaustegui, Vampirella, Alexandra Fierro, Beatriz de la Gandara, Javier Coronas, Álvaro Longoria, Ana Arias, Yoima Valdés, Julia Trujillo, Lidia San José,  Manuel Gallardo, Mª José Goyanes, Paca Gabaldón, Claudia Gravi, Zoe Berriatua, Enrique Simón, Laura Maña, Ana Mª Barbani, Pilar del Río, Olga Rodríguez, Lourdes Guerra, Juana Ginzo, Mónica Cano, Paloma Paso Jardiel, Cristina Narea, Judith Mateo, Beatriz Bergamín, Esmeralda Grao, Vicky Luna, Inés Morales, Jorge Bosso, Ana Garrido, Ana Lezcano, José Infante, Esther García, Juanma Pagazaurtundua, Lara López, Alex Ollé (La fura), Pedro Miguel Martínez,  Fernando Íñiguez, Alicia Rosell, Francisco Cenamor, Ricardo Gómez, Antonio Polo.


lunes, 20 de mayo de 2013

EL CAMINO DEL ARTISTA



Hoy voy a recomendar un libro que hace semanas me regaló un amigo: Es la Biblia de cabecera de Almodóvar –me dijo–, léetelo, te vendrá bien. Lo hice y me vino de maravilla.

Se trata de un taller de creatividad, no sólo para artistas de todas las disciplinas, sino para todas aquellas personas que les hubiera encantado dedicarse al arte y nunca se atrevieron, lo que Julia Cameron –su autora– denomina: Artistas en la sombra; aquellos que son capaces de apoyar o incluso subvencionar –como en el caso de los mecenas–, la carrera de una persona creativa, y sin embargo no se permiten a si mismos dedicar su propio tiempo y dinero a promocionar al creador que llevan dentro.

No nos vamos a engañar, es un libro de autoayuda. Y esto lo quiero dejar bien claro porque hay muchas personas que este término les irrita, y se negarían a leerlo por el simple hecho que aparezca la dichosa palabrita. Como si les diera miedo ayudarse, o profundizar en su propia personalidad. El caso es que esta gente arremete contra ti en cuanto te oyen decir: autoayuda. Me pregunto si se comportan igual al escuchar la palabra: autodestrucción, o si por el contrario les genera morbo conocer gente que esté catalogada como autodestructiva, o incluso a ellos mismos les gustaría ponerse esa etiqueta. Quizá deberíamos ahondar en nuestro ser y revisarnos un poco, para entender de donde viene ese sentimiento tan autodestructivo.

Reconozco que me interesa mucho el conocimiento del mundo interior y todo lo que sucede en la mente humana. A lo mejor tiene que ver con que, de los diecisiete a los veinte años estuve trabajando en la consulta de un psiquiatra y por consiguiente pasé parte de mi adolescencia conviviendo con todo tipo de enfermedades mentales como: esquizofrenias, psicopatías, neurosis, etc. Y eso me llevó a entender un poco mejor los diferentes procesos mentales de cada ser humano al enfrentarse a un mismo hecho.  

Me considero una persona autodidacta, pues cualquier cosa que me ha interesado en el transcurso de mi vida, lo he aprendido en los libros. Desde cómo pintar al óleo hasta echar las cartas del tarot. En lugar de buscar ayuda externa, cuando tengo alguna inquietud, me compro un libro y me ilustro. Quizá por ese motivo soy la gran defensora de los libros de autoayuda, ya que a mí siempre me han funcionado muy bien. Por ejemplo: durante más de veinte años estuve fumando dos cajetillas diarias de cigarrillos y cuando leí un libro para dejar de fumar, lo hice radicalmente.

El caso es que cuando terminé de leer El Camino del Artista, me invadió una necesidad tremenda de hacer el taller que su autora proponía en ese libro. doce semanas dedicadas a ti y a tu creatividad, como una especie de terapia pero sin psicólogo, tan sólo con la ayuda de sus páginas. Empecé a leerlo nuevamente pero esta vez haciendo los ejercicios que Julia iba sugiriendo semana tras semana. Entre todos ellos, hay dos básicos ineludibles que se deben mantener de por vida, creando un nuevo hábito de conducta. Que son: Las páginas matutinas y la cita con el artista.

Las páginas matutinas es lo que se llama escritura automática, es decir que cada mañana cuando te despiertas, coges lápiz y papel y empiezas a escribir en tres hojas todo lo que pasa por tu mente, sin autocensura, sin fijarte en la ortografía ni en la gramática, simplemente traspasando al papel todo lo que sale de tu psique sin filtrar. El espacio de tiempo que existe entre el sueño y la vigilia, es cuando empiezan a brotar de tu intelecto un montón de ideas, que si no sacas a la superficie se quedarán enquistadas en tu mente y seguirás dándole vueltas a lo mismo una y otra vez. Y aunque lo aparques en un lugar recóndito de tu cerebro porque no te parece relevante, eso no significa que no esté ocupando espacio en tu disco duro, y a la vez esté condicionando a tu manera de pensar  –la mayoría de las veces negativa y autodestructiva– hasta influir en todo lo que vayas haciendo durante el día. Escribiéndolos estarás eliminando esos pensamientos negativos y por consiguiente empezando cada día con la mente libre de impurezas.

 El segundo ejercicio ineludible es: La cita con el artista. Has de quedar una vez a la semana con el creador que llevas dentro, para que le des permiso a salir. Eso quiere decir que al menos durante dos horas cada semana tendrás que decidir cómo alimentar a tu artista, llevándole a algún lugar donde se sienta bien y que habitualmente no le permites por parecerte prescindible. Es decir has de obligarte a estar contigo mismo dándote aquellos mimos y caprichos que te mereces y que ayudan a emerger a tu alma creadora. Tendrás que ir solo al cine, a una exposición, a dar un paseo… cualquier cosa que te haga sentir bien y a la vez estés alimentando a tu fuente creativa.

Todas estas actividades que nos propone Julia Cameron, no son más que una responsabilidad contigo mismo y a la que tú sólo te obligas. Si eres una persona abierta de mente y practicas lo que lees ¿qué mal te puede hacer?

        Completamente recomendado: EL CAMINO DEL ARTISTA de Julia Cameron. Ediciones Aguilar. Primera edición septiembre 2011. Segunda edición enero 2013.

viernes, 17 de mayo de 2013

DIRECTORA


En la evolución de mi profesión como actriz, también entraba la posibilidad de dirigir. Al principio probé con el espectáculo "Ellas dan la nota". Se trataba prácticamente de un concierto pop, donde intercalábamos textos de grandes poetas, y testimonios reales sobre la violencia de género, que interpretaban actrices a las que yo dirigía. A medida que el espectáculo iba creciendo, fui incluyendo algunos sketchs escritos por mí e interpretados por todas las actrices de la compañía.

Unos años después escribí y dirigí el espectáculo musical: "Pilates: 4 mujeres, 4 causas". Y conseguí hacer interpretar a la cantante Esmeralda Grao, la violinista Judith Mateo y a la bailarina Alma Sanz.

Tras eso me ofrecieron la dirección de casting de una película sobre la trata de mujeres. Decidí hacer las audiciones como un taller de interpretación -trabajando escenas-, y pude comprobar mi habilidad para sacar emociones y profunda verdad en las actrices a las que dirigía, tanto fue así que me convertí en coach, y he de decir que me gustó.

Cuando pensé que esa faceta mía ya estaba agotada, me contrataron para dirigir un concierto musical llevado a cabo por el cantautor Paco Cifuentes. Lo titulamos “Jardín en Marte” y conseguimos que el público se sintiera imbuido de una atmósfera completamente marciana escuchando la música de Paco. Ayudado por una escenografía natural, con césped, un árbol granado en el escenario, y unos visuales que representaban al ritmo de la música, desde el aterrizaje del Curiosity en Marte, hasta el ecosistema del Río Tinto o Gran Canyon que tanto me sobrecogieron la primera vez que los vi. Todo ello se aderezaba con olores a sándalo y la voz recitada del gran poeta Benjamín Prado quien compuso unas líneas a todo aquel tinglado.

Después de publicar mi primer libro: “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas”, dirijo nuevamente, en esta ocasión un show basado en este libro, junto a la reportera/humorista Marta Nebot: “Diálogos de sexo y humor”.

Y ahora, corran los tiempos que corran, con ayuda o sin ella, en un país donde la cultura no es ni mucho menos lo que más les importa, pues aún así, seguiré dirigiendo y escribiendo hasta que ya no me quede nada más que contar.

Deseadme toda la suerte del mundo, porque la voy a necesitar. O como se dice en teatro:

¡¡¡¡¡MUCHA MIERDA!!!!!!

jueves, 16 de mayo de 2013

MI VIDA ES PURO TEATRO



Crecí entre bambalinas, mi padre era director de teatro, y desde los 12 años ando subiéndome a los escenarios.
Mi debut, fue con una comedia musical infantil “La Tierra de Jauja”, basada en pasos de Lope de Rueda, y en entremeses de Cervantes. Yo iba a todos los ensayos y me sabía la función de memoria. Un día, falló la actriz que hacía el personaje de “Menegilda”, una criadita cómica, y le dije a mi padre que yo podía hacerlo, así que me puse a ensayar y a los pocos días tuvimos un bolo en un hospital de niños y allí me estrené. Estaba tan nerviosa que salí con la mascara que llevábamos, puesta en la frente. En esa función conocí a José Luís Gil, que teniendo solo algunos años más que yo, me ayudaba a pintarme unos coloretes que llevaba en las mejillas, y para eso, yo tenía que subirme a una banqueta, porque él era bastante más alto la verdad.
Le empecé a coger gusto al maquillaje, y tomaba prestada la barra de labios rojo pasión de una compañera, en cuanto esta salía al escenario, y me pintaba todo lo que podía. Rosalía, que era como se llamaba mi compañera, aún siendo mucho mayor que yo se convirtió en mi mejor amiga. Unos años después se casó con un ingeniero naval que destinaron a Portugal, y se fue a vivir allí. La visité en varias ocasiones y así aprendí a viajar sola y al extranjero, pues hasta entonces me había movido mucho estando de gira con la compañía, pero siempre por España y acompañada de mi familia. Recuerdo una vez en el Monasterio de Piedra en Zaragoza, me quedé maravillada viendo los nenúfares flotando en “El lago del espejo”, curioso nombre para un estanque lleno de lodo, pensé que podría chapotear en el agua como Gene Kelly en “Cantando bajo la lluvia”, así que di un paso adelante, y me hundí hasta las cejas. Mi madre en un acto heroico, me agarró de los pelos y tiró hacia arriba, hasta que consiguieron sacarme entre varios miembros de la compañía. Me llevé la esperada reprimenda y fue el actor Saturnino García, el que me prestó su anorak, para que me lo pusiera en lugar de la ropa mojada.
Estando de gira, creo que fue en Barbastro (Huesca), mientras comíamos en un restaurante, se acercó el camarero y me dijo que había alguien que quería hablar conmigo. Salí a la puerta, y una niña de mi edad, me dijo que le había gustado mucho cómo trabajaba y me regaló un collar hecho por ella con estrellitas de pasta y tostado con la plancha. Me quedé atónita, pues a mis 12 años, y siendo la tercera de 10 hermanos, era la primera vez que sentía que alguien reparaba en mí. Son esas sensaciones que empiezas a tener con el público de teatro, y ya nunca más puedes deshacerte de ellas. Ese es el veneno del que siempre hablan los actores.
Recuerdo una vez que invité a una de mis profesoras a que viniera a verme al teatro Monumental de Madrid, y como llegó antes de tiempo, me encontró sentada en un banco del vestíbulo haciendo los deberes. Ese lugar era mi habitación de estudios.
En el teatro me enamoré por primera vez de un actor que jamás me hizo caso, pues me veía como su hermanita pequeña y además con el tiempo se fue a vivir con un hombre. Y de esa manera en el teatro también normalicé la homosexualidad.
Entre bambalinas empecé a fumar. A una compañera le habían regalado un pipa, y durante la función, yo se la tomaba prestada, y encerrada en una cabina de los baños de los camerinos, yo sola y escondida me fumaba una pipa entre escena y escena. Otras veces en una televisión pequeña que había, veía los dibujos de “Heidi”, que emitían los sábados por la tarde, en el único canal de televisión que existía.
        De aquella función fui pasando a otras, y de personaje en personaje, hasta que en el año 80 mis padres se separaron y él se fue a descubrir las Américas. En el año 83 decidí que mi profesión sería esta y empecé a trabajar por mi cuenta.
        Estando mi hermano mayor en los ensayos de la obra “Mata-Hari” dirigida por Adolfo Marsillach -pues él era el director de orquesta- le pedí que me dejara acompañarle. Me pasaba por el teatro Calderón cada día, me sentaba en las últimas filas del patio de butacas, y veía los ensayos exactamente igual que cuando era niña. El día del estreno le dio un infarto a la actriz Silvia Casanova, y la mujer de Marsillach, Mercedes Lezcano, tuvo que sustituirla. Yo le dije a mi hermano que me sabía el papel que se lo dijera a Adolfo, y dicho y hecho: Mercedes ensayó conmigo para la prueba que me hizo Marsillach, y esa misma noche debuté. A los tres meses volvió Silvia a su papel y la compañía me despidió en mi camerino entre aplausos, con un montón de regalos y una nota de Adolfo que decía: “Tu nombre siempre estará pegado a mi historia de Mata Hari”.
          Todas mis primeras vivencias las recuerdo asociadas al teatro, y sin embargo le fui infiel durante casi 10 años en que dejé de subirme a un escenario pues decidí probar suerte en la tele y el cine. Otro mundo.
           Hace unos años retomé las tablas y volví a estar en casa, entre bambalinas. Ahora estoy haciendo bolos junto a la humorista/periodista Marta Nebot basados en mi libro “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas” y lo llamamos: DIÁLOGOS DE SEXO Y HUMOR.
Os espero en todas las ciudades de España, para seguir sintiendo ese veneno que tenemos por el teatro.

martes, 14 de mayo de 2013

TUPPER SEX


    


       Hice el espectáculo multidisciplinar "PILATES: 4 Mujeres, 4 Causas", porque sentía la necesidad de hablar de todas aquellas cosas que nos preocupan a las mujeres. Así que abordamos el tema de la violencia de género, los movimientos migratorios de mujeres, la
conciliación y la sexualidad. De este último apartado en seguida me di cuenta, que las mujeres por lo general no saben mucho, y sobre todo no tienen a nadie que se lo explique con un mínimo de rigor, dejando supeditado este tema, a los hombres con los que tienen relación.
Nuestra sexualidad siempre estuvo al servicio de nuestra pareja y por ese motivo durante siglos, hemos estado enganchadas a relaciones de poder con el hombre, porque pensábamos que lo que sentíamos era patrimonio de ellos. Intentando cambiar las estadísticas y entendiendo que la información es poder, se me hizo vital que las mujeres debíamos conocer nuestro cuerpo y por ende nuestra sexualidad. Si es que queríamos controlar nuestras relaciones. Así que me documenté y decidí explicar de una manera didáctica y con mucho humor, la curva de la sexualidad femenina, desde la adolescencia hasta la menopausia.
Me inventé un sketch cómico que disfracé con un Tupper sex, (reuniones de mujeres con venta de juguetes eróticos), para hablar desde la píldora del día después, hasta la incontinencia. La empresa Amantis, me patrocinó el número de humor y empezamos a poner en la mesa del merchandising, junto con los discos de las compañeras músicas que actuaban en "PILATES: 4 Mujeres, 4 Causas", las bolas chinas, los lubricantes, estimuladores y algunos otros artículos de ese estilo. 
El caso es que me empezaron a proponer hacer reuniones privadas con ese toque de humor, y en vista que los ayuntamientos que nos contrataban tardaban incluso un año en pagarnos, decidí  aceptar el ofrecimiento y empezar a hacer bolos independientes del espectáculo, tan solo con el Tupper sexConvertí el salón de cualquier casa, en una sala alternativa de teatro. Con un mínimo de 10 mujeres reunidas, ya era suficiente para que me presentara con la súper maleta que me dio la empresa Amantis, cargada de olores y sabores afrodisíacos, vibradores, lencería, ungüentos de masaje… y represente el Show, sin perder la esencia que me llevó a escribir la obra.
Ahora casi dos años después del estreno de "PILATES: 4 Mujeres, 4 Causas", tengo más bolos del Tupper sex, que del espectáculo.

El movimiento tupper se ha convertido en algo ideológico con una visión de género. Se trata de un despertar a las mujeres, para que se descubran a si mismas, a través de su sexualidad a la vez que entran en un mundo vedado para nosotras hasta el momento.
Al principio solo lo realizaban las terapeutas sexuales, ahora hemos empezado las actrices, y esto seguirá ampliándose, hasta que todas las mujeres tengan la información que nos negaron las religiones y las diferentes culturas, que llegaron incluso a ocultar nuestros referentes femeninos en la historia.

lunes, 13 de mayo de 2013

Y AHORA… ESCRITORA


Es curioso que lleve tanto tiempo sin escribir en este blog, y lo haga justamente ahora cuando acabo de sacar a la luz mi primer libro: “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas”. Será que terminé exhausta y que ya no tenía fuerzas para escribir más.
La verdad es que siempre he escrito, desde que era pequeña, quizá porque mi padre era dramaturgo y todo lo que él hacía, a mí me provocaba muchísima curiosidad. Recuerdo no tener más de 10 años, cuando descubrí encima de su mesilla un libro de Enid Bylton: “Otra aventura de los cinco”, me llamaron la atención los dibujos de su portada y decidí leerlo allí mismo. Cómo me enganchó desde la primera página insistí en su lectura durante varios días, a escondidas, pues yo no sabía que era un libro para chavales y nunca pregunté a nadie ya que lo había substraído sin permiso, de la mesilla de su dueño. Más tarde mi padre escribió una obra de teatro sobre aquel libro, montándola a continuación y ofreciéndome cómo actriz, el personaje de Ana, una de las niñas protagonistas.
Entonces fui consciente de que se podía escribir sobre cualquier tema que quisieras, bien adaptando algo previamente escrito como en el caso de los libros de Enid Blyton, o bien inventando ficciones nuevas. Porque siempre habrá alguien a quien le interese tu historia, la única dificultad es conseguir llegar a ese público. Pero eso ya no depende de ti.
A raíz de aquello empecé a escribir una novela de aventuras que se titulaba: “Un año en Londres” y contaba todas las peripecias que me imaginaba me podían pasar en aquella ciudad tan excitante para mi, y en la que ni siquiera había estado. Por falta de disciplina, documentación y corta edad, nunca llegué a terminar aquella novela, quizá algún día la retome. Durante el periodo escolar seguí escribiendo, en este caso poemas que iba dedicando uno a uno a los diferentes compañeros y compañeras de mi clase.
Ya de mayor y viviendo fuera del hogar paterno, empecé a escribir pequeños relatos sobre cosas que me ocurrían y tenía la necesidad de describirlas, probablemente porque no tenía a nadie que considerara tan cercano como para contarle mis sentimientos, sensaciones, etc, y que lo viviera de la misma manera que yo lo hacía. El soporte en papel no me cuestionaba ni criticaba, así que decidí utilizarlo y además quedaría ahí para siempre, ¡bueno! o casi para siempre, porque en los diferentes traslados y mudanzas de mi vida, fui perdiendo todos aquellos relatos. Tampoco es que fueran muy importantes pero sí, me ayudaron a plasmar una idea y a tener la disciplina suficiente como para acabarlo y conseguir que alguien lo leyera.
Más tarde escribí un cuento infantil, con una moraleja sobre el mundo deshumanizado en el que vivimos: “Un Payaso”. Llegué a hacer una edición casera con ilustraciones y todo, pero como me generaba mucho respeto el mundo de la escritura, no me atreví con proyectos más grandes, así que nunca me planteé seriamente la posibilidad de forjarme una carrera cómo escritora.
Aún así continué redactando artículos para publicaciones no profesionales.
Nació mi sobrina Laura y en un cuaderno con imágenes de “El principito” que había comprado en París, decidí escribirle un libro sobre nuestra relación Tía/sobrina con mi propio puño y letra, que comprendía los cinco primeros años de su vida. Y ahí fue cuando aprendí que la escritura era una trabajo a largo plazo. Ese libro nunca se publicó y ni siquiera pensé en hacerlo pues era algo privado que Laura guarda con mucho amor.
Con el transcurso de los años, supe que algún día publicaría mi primer libro. Tenía varios temas que quería tocar y que todaví
a hoy me siguen obsesionando.
He escritos varios textos para diferentes charlas que daba cómo actriz o viajera y por eso decidí comenzar a contarlo en este blog que hoy tengo tan olvidado.
En mi trabajo como actriz, cuando decidí hacer monólogos, entendí rápidamente que tenía que escribir mis propios textos, —pues no disponía de dinero suficiente como para comprar los derechos de autor de otros, o pagar a alguien para que me escribiera un monólogo a medida—, de esta manera compuse mis propios textos, que yo misma interpretaba, así como para otras actrices en unos sketchs incluidos en el espectáculo musical “Ellas dan la nota”. 
Más tarde me lancé al ruedo de producir, escribir y dirigir mi propio proyecto: “PILATES: 4 Mujeres, 4 Causas”, secundada por otras tres mujeres artistas: la cantante Esmeralda Grao, la violinista Judith Mateo, y la bailarina Alma Sanz, convirtiendo a las tres en actrices y aprendiendo de otras disciplinas.
En 2011 decidí escribir el libro “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas” que llevaba tanto tiempo pergeñando, y conseguí publicarlo. Con total sinceridad, sin demasiado esfuerzo. Varias editoriales se interesaron por el proyecto hasta que llegué a un buen acuerdo con una de ellas.
Vendiéndose ejemplares en El Corte Inglés, FNAC, VIPS, Relay… Superando con creces las expectativas que yo tenía para mi primera publicación.
Actualmente estoy escribiendo un par de capítulos más, para poder añadir a “MISs tupper SEX” un bonus track y así hacer la segunda edición. Una de las grandes editoriales me ha hecho una proposición a la que es imposible resistirme. Así que entre mis proyectos cómo escritora está conseguir una buena traducción al inglés de “MISs tupper SEX” para poder publicarlo en los países de habla anglosajona, y empezar lo que será mi próximo libro: “Putriz” como primer título, después ya se verá. Es la historia de dos mujeres; una prostituta o mejor dicho, prostituida y una actriz con un nexo en común tan potente, que hace que la vida de las dos mujeres bien podría haberse intercambiado. Esta historia está basada en hechos reales.
Ahora me queda un arduo trabajo de entrevistas, trascripciones y darle forma literaria. Una labor que requiere mucho tiempo, concentración, humanidad y creatividad.
Lo mejor de escribir es que aprendes mucho, aparte de las cualidades anteriormente mencionadas, la de la paciencia es fundamental. Y de esa yo necesito grandes cantidades.
¡Bueno! veremos qué nos depara el destino.