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lunes, 23 de noviembre de 2015

LAS LÁGRIMAS DE ÁFRICA

       Siento verdadera admiración por las personas equilibristas, esas que con su propio esfuerzo son capaces de conseguir cualquier cosa. Aquellas que se marcan un objetivo y no paran hasta que alcanzan la meta.
       Este es el caso de la actriz Amparo Climent que cuando ya había tocado todos los palos en su profesión, decidió matricularse en la facultad de Bellas Artes, y no solamente acabó la carrera con matricula de honor sino que diferentes países ya han comprado su obra.
A este tipo de gente no les hace falta dormir para soñar, porque para ellos los sueños son su realidad. Y en cuanto su objetivo se cumple, dan carpetazo y empiezan con el siguiente proyecto. Son personas inquietas que nunca paran de moverse y hacer cosas, pero lo que más les motiva es la lucha por superar los obstáculos que se encuentran en el camino, para después sentir una gran satisfacción cuando por fin consiguen lo deseado sin ayuda de nadie.
Por eso La Climent en cuanto dejó encarrilada su profesión de pintora, decidió ir más allá y adentrarse en el mundo del audiovisual desde el otro lado de la cámara. Un buen día, Amparo quiso rodar un documental, y así lo hizo. El pasado 2 de octubre pudimos asistir al estreno de su primera película como directora y guionista: “Las lágrimas de África”: un duro retrato sobre el flujo de los refugiados que esperan el momento de “saltar la valla” o de arriesgar su vida en el mar para encontrar una vida mejor en el viejo continente.

Este documental es un relato visual lleno de emoción y  sensibilidad, un proyecto que surge de los numerosos viajes en solitario que hizo Amparo Climent a Melilla y a los campamentos de Bolingoy del monte Gurugú. Allí conoció la vida de los cientos de africanos y africanas esperan el momento de cruzar a Europa a través del mar o saltando la valla de Melilla.
La historia narrada en primera persona por la propia artista, nos cuenta cómo decidió en marzo de 2014 viajar por primera vez a Melilla, para conocer lo que estaba ocurriendo con los subsaharianos que vivían en los montes de Marruecos, para así poder ayudarles a denunciar su situación.
Esta intrépida actriz completamente sola y armada únicamente con su cámara, recorrió los campamentos de Gurugú y Bolingo y presenció varios “saltos” en la valla. Los grabó para su película, con unas estremecedoras imágenes convertidas ahora, en un documento público de la vergüenza que se escapa a la atención de los medios de comunicación.
Las heridas de las concertinas, la violencia de la policía, las lágrimas de los que consiguieron entrar a España y fueron devueltos ilegalmente a Marruecos, el sueño de llegar al “Dorado paraíso español”, son algunas de las secuencias que transitan en este documental.
La  película “Las lágrimas de África” nos cuenta el mundo cotidiano de los “clandestinos” que pueblan los montes, y el de las mujeres y niños que se embarcaran en alguna patera para llegar a ser parte del futuro con el que sueñan.

Climent compartió con todos ellos la oscuridad del monte y el terror de la presencia policial en noches de frío y soledad, en persecuciones por barrancos y riscos. Pero también las risas de los niños y las nanas que entre los pinares, le canta una madre a su bebé recién nacido. Pequeñas historias de mujeres y hombres que luchan por conseguir una vida mejor de lo que han dejado atrás.


Amparo Climent se comprometió a llevar al Parlamento  Europeo, los más de cuarenta dibujos y cartas escritas en  cartones y papeles rotos, que le entregaron los  subsaharianos en los campamentos. En febrero de 2015 y acompañada por más de veinte personas –artistas,  catedráticos, historiadores, fotógrafos...–,  Amparo realizó el viaje a Bruselas, llevando al Parlamento Europeo la voz de los “clandestinos”.
       Esta artista multidisciplinar utiliza la poesía para contar la dramática historia de la población subsahariana, que busca un mundo mejor para sus hijos, y lo hace desde la metáfora. Usa sus propias pinturas como cortinillas para dar paso a los diferentes apartados de esta historia, y hace uso de su talento como pintora para plasmar las lejanas y ajadas imágenes en blanco y negro casi difuminadas, para mostrar al espectador un reguero de hormigas humanas, claramente consideradas por occidente como ciudadanía de segunda clase.
Este documental se completa con la gran exposición que se realizó en Madrid bajo el nombre: “La valla, 100 artistas en la Frontera sur”, en donde además de los dibujos de los subsaharianos, participaron más de cien artistas, creando una obra plástica relacionada con la valla.

LAS LÁGRIMAS DE ÁFRICA
Dirigida por AMPARO CLIMENT
Nacionalidad: ESPAÑA
Año de producción: 2015
Duración: 70 MINUTOS
Formato: HD COLOR
Género: DOCUMENTAL
Localizaciones: MONTE GURUGÚ, BOLINGO Y NADOR (MARRUECOS), MADRID Y MELILLA (ESPAÑA)
Guion, dirección y producción ejecutiva AMPARO CLIMENT Banda sonora original JOSÉ MANUEL CONDE Y SERGIO KUHLMANN
Montaje JULIA JUANIZ
Etalonaje DIEGO SILVA ACEVEDO (SIETE ESTUDIOS) Diseño de sonido FRANCISCO PIQUERO
Textos y locución AMPARO CLIMENT
Consultor de producción/distribución HUGO SERRA
Cámara, sonido y obra plástica AMPARO CLIMENT Desarrollo internacional TANIA PORTO
Diseño de cartel-dossier NATACHA MAZZITELLI
Canciones EDITH SALAZAR, MACU SANZ, GLORIA VEGA Prensa THE FILMPUBLICITY HOUSE J.J. MONTERO


 ¿ERES DE LOS QUE PIENSAN QUE LO QUE OCURRE EN MELILLA, NO VA CONTIGO?

lunes, 9 de noviembre de 2015

MÚSICA PARA SECAR



         Secar las lágrimas, los enseres, las jaimas, el adobe. Secar la arena, la ropa, el cuerpo, las marcas del abandono.
La población saharaui tiene que rescatar sus pertenencias de los escombros y borrar las señales de una catástrofe natural, a las que añaden las huellas indelebles de una invasión sufrida hace ya 40 años.
Estas marcas quedaron en la materia, la tierra y el alma de los y las saharauis. Las causaron las lluvias torrenciales aparecidas en los campamentos de refugiados de Tinduf –Argelia–, hace tan sólo unas pocas semanas.
Nunca llueve en el Sáhara pero cuando lo hace en la Hamada Argelina, la población saharaui sabe que no se trata de una bendición, pues no cesa de llover en varios días con la misma fuerza y rabia que los supervivientes de la Marcha Verde tienen en su corazón. Como si fuera una forma de gritar al mundo entero su sufrimiento, aparece el agua en el Sáhara pero en este caso para volverse en contra de ellos mismos, pues las riadas devastan todo lo que encuentran en su camino.

         El 17 de octubre se anegaron los campamentos, donde viven alrededor de 250.000 seres humanos en situaciones extremas desde hace 40 años. La emergencia aparece en esta ocasión dentro de otra emergencia mayor. La población saharaui no tiene alcantarillado, desagües, ni las condiciones básicas para atajar problemas de ningún tipo. Viven sin cubrir sus necesidades primarias, así que cuando se presentan crudezas mayores, no disponen de los medios adecuados ni la infraestructura necesaria para paliar las inclemencias de la naturaleza.
       Estos días el desierto vuelve a parecer un mar con arena y olas, igual que como debió ser hace siete millones de años, antes de la contracción del antiguo Mar de Thetys –precursor del Mediterráneo–.
Los niños, ajenos a todo lo malo, se quedan con lo positivo de cualquier situación y disfrutan de esta circunstancia, bañándose en los estanques naturales que ha generado la propia lluvia. Aunque para ello tengan que asumir la pérdida de todos sus enseres personales, los más pequeños están completamente felices de poder disfrutar de una playa enfrente de sus casas. Todo un ejemplo a seguir para occidente.

       Las asociaciones de amigos del pueblo saharaui, han tomado cartas en el asunto y se han echado a la calle para buscar soluciones a este momento tan triste en el que la población saharaui tiene que seguir viviendo.

       Para ayudar en la reconstrucción de las casas de adobe que la lluvia se ha encargado de derribar, se están organizando muchas actividades para que los españoles –caracterizados por su solidaridad– apoyen a este pueblo hermano y les ayuden a volver a levantar sus viviendas.
Una de estas iniciativas parte de la Coordinadora Estatal de Asociaciones del Sáhara CEAS.
Para paliar sus necesidades básicas, van a llevar a cabo un concierto solidario el jueves 12 de noviembre en la sala LA RIVIERA de Madrid, Pº Bajo de la Virgen del Puerto s/n.

INUNDEMOS EL SÁHARA DE SOLIDARIDAD
Jueves, 12 de noviembre a las 20:30h. Apertura puertas: 19:30h.

“Los artistas serán: Rozalén con Amir John Haddad, Muchachito,  Canijo de Jerez, Carmen Boza, Luis Pastor, Javier Bergia, Virginia Rodrigo, Tonino Carotone, Diego Montoto, Yslem (hijo del desierto) con Nosotros Family, Antílopez, Muerdo y Nacho Taboada. 

La recaudación del concierto será entregada a la Media Luna Roja Saharaui, que canaliza la ayuda.
Aquellos que quieran colaborar pero no puedan asistir a este concierto, se ha dispuesto una fila 0 (paga el precio de tu entrada aunque no vayas).
ES84 0081 0655 63 0001351540


             El concierto solidario tiene también un carácter reivindicativo y de recordatorio, ya que este mes de noviembre se cumplen 40 años del abandono por parte de España al Sáhara Occidental, que era provincia española hasta 1975. Y es también un homenaje a los 40 años de solidaridad que buena parte de la ciudadanía española ha mostrado siempre hacía esa causa justa que reivindica un territorio de manera pacífica.
40 AÑOS DE RESISTENCIA
40 AÑOS DE SOLIDARIDAD
La población saharaui vive refugiada desde hace 40 años en los campamentos de Tinduf, al suroeste de Argelia, entre ellos muchos españoles de origen, con DNI y pasaporte que así lo acreditan, y sus familiares. Todos ellos se encuentra sufriendo la mayor tragedia humanitaria desde su huida al desierto, tras la ocupación marroquí del territorio del Sahara Occidental en 1975.
Desde el pasado 17 de octubre, lluvias torrenciales provocaron inundaciones que han derribado más de 3.000 hogares familiares, formados por jaimas y frágiles cuartos construidos en adobe (cocinas, baños, dormitorios...), lo que ha causado que más de 30.000 personas se hayan quedado sin hogar, y más de 90.000 se hayan visto afectadas –según datos de ACNUR–.

Las reservas de agua potable y comida escasean. Los riesgos de enfermedades aumentan. Escuelas, hospitales, tiendas y lugares de trabajo han sido arrasados. El Gobierno español no se ha movilizado esta vez de inmediato con ayuda de emergencia en misión humanitaria. Hemos pedido, –como en otras ocasiones en situaciones similares–, el transporte por vía aérea de tiendas de campaña, mantas, cocinas, medicamentos... y  les hemos recordado que, en esta ocasión más que en ninguna otra, existe una responsabilidad política, moral e histórica. Si los campamentos se han visto inmersos en esta última crisis humanitaria es porque el Estado español no ha concluido el proceso de descolonización del Sáhara Occidental.

Ayúdanos a reconstruir hospitales, escuelas y sus hogares. La sociedad, los amigos y amigas españoles del pueblo saharaui nunca les hemos abandonado en estos 40 años de exilio y sufrimiento, y nunca les vamos a abandonar”.

¿Te apuntas a inundar el Sáhara de solidaridad?