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lunes, 9 de septiembre de 2013

CINE CLÁSICO




               Hace tiempo que en el ministerio de cultura venimos calificando una serie de películas de cine clásico en blanco y negro para su distribución en vídeo. Parece ser que debido a la poca producción que cuenta nuestro país, las productoras y distribuidoras están dando salida a ese fondo cinematográfico con el que cuentan y que ahora les puede generar algo de ingresos. Gracias a eso estoy volviendo a visionar películas que se encontraban en mi memoria y me trasportan a un estado emocional de mi infancia olvidado por completo. Es el caso de los hermanos Marx. Creo que vi toda su filmografía, fueron los primeros cómicos que me hicieron sentir que el humor era algo muy serio, y probablemente por ellos dedico parte de mi profesión a hacer comedia.

         Cinco de las películas de los hermanos Marx están incluidas en la lista de las 100 mejores comedias del American Film Institute. Y para mí la que recuerdo con más cariño es Los hermanos Marx en la opera.

         Los cinco hermanos eran hijos de Samuel y Minnie Marx,
inmigrantes alemanes judíos y por eso crecieron en el seno de una modesta familia.

         Su padre era Samuel Marks. Nació en Alsacia en 1860, cuando formaba parte de Francia y como fue anexionada posteriormente por el imperio Alemán tras la guerra Franco-Prusiana en 1871, pasó de ser Francés a ciudadano Alemán.

         Orgulloso de su pasado francés fue conocido toda su vida como Frenchy. Ahí empezaron con el tema de los apodos. Frenchy era sastre de profesión y sus hijos le calificaban de malísimo, Groucho juraba que era obvio reconocer a los clientes de su padre, bastaba con fijarse en las perneras desiguales de los pantalones y sin embargo era famosa su afición por la cocina, haciendo de ello un buen reclamo. Cada vez que querían conseguir algún contrato, invitaban a comer al productor de turno y siempre salía convencido y ellos sacaban unas semanas de trabajo.

         Frenchy se casó en 1885 con Miene Schoenberg. 4 años más joven que él y que había emigrado a EEUU desde Alemania junto a sus padres y hermanos. Era hija de un ventrílocuo y de una instrumentista de arpa. Con ellos vivía una hija bastarda de una hermana de Minie –como todos la conocían–, Pauline. Uno de los innumerables hermanos de Minie era Al Shean un cómico de vodevil que pronto prosperó y se enriqueció. Así que Minie decidió preparar a sus hijos para el Show business. La madre terminó dirigiendo un grupo de teatro que se llamaba Los cuatro ruiseñores donde metió a sus hijos. Ahí fue donde Addie, –Harpo– empezó a tocar el arpa y por eso le pusieron ese apodo. En 1915 fue considerado como uno de los mejores espectáculos de vodevil de Estados Unidos, y aunque su madre era escritora, hasta su tío Al Shean escribía para ellos.

           Frenchy y Minie habían tenido en 1886 a su primer hijo, Manfred, que murió siete meses después de gripe. El núcleo del grupo fueron los tres hermanos mayores, Chico, Harpo y Groucho; cada uno interpretaba a un tipo de personaje. Los dos hermanos más jóvenes, Gummo y Zeppo, no desarrollaron sus personajes de la misma manera y finalmente abandonarían la actuación para ejercer otros oficios. Gummo no participó en ninguna de las películas, y Zeppo sólo apareció en las cinco primeras. Los cinco hermanos nunca actuaron juntos en un escenario.

         Chico Marx nació en Nueva York en 1887. Su verdadero nombre era Leonard Marx, se convirtió en Chico porque más que hablar en inglés lo destrozaba decían que parecía un inmigrante italiano. –Al igual que 126 años después haría nuestra sublime alcaldesa Ana Botella, a la que desde este momento llamaré Chica–.

          Como Chico nació después que se muriera su hermano mayor, siempre fue el protegido y por eso le tenían mucha manía los otros hermanos cuando eran pequeños, sobre todo Groucho.

           En sus películas tocaba el piano. Compañero inseparable de Harpo porque era el único capaz de entenderlo ya que se parecían incluso físicamente. Chico se ganaba la vida en todo tipo de trabajos, era todo un artista, llegó a tocar el piano en un burdel donde años más tarde le sustituyó su hermano Harpo.

            Chico era ludópata, enfermedad que heredó de su padre y se jugaba prácticamente todo lo que ganaba y eso le llevó a la bancarrota varias veces. Pero en una de esas partidas de cartas estaba Irving Thalberg también jugando, era considerado el productor más listo y brillante que ha dado el cine. Él era de la Metro Golding Mayer y le dijo: “Amigos me gustaría hacer algunas películas con ustedes, pero películas de verdad, no lo que han hecho hasta ahora”. Y así fue como surgió Una noche en la opera.

             Harpo Marx nació un año después en 1888. Su verdadero nombre era Adolph Marx, aunque posteriormente se lo cambiaría a Arthur y Adhie para los amigos. Se hizo famoso gracias a su papel de mudo con su característica peluca naranja y su gabardina con los bolsillos siempre llenos.

             A pesar de no finalizar el segundo grado, durante su vida se codeó con la crème de la crème de la cultura americana de la época, siendo muchos de ellos grandes amigos suyos. De esta manera formó parte de una mesa redonda donde se reunían los más brillantes autores, editores, críticos, artistas, escritoras y escritores, actrices y actores, compositores, etc.

             Después de ser uno de los solteros más famosos de Hollywood, se casó finalmente con Susan Fleming, con la que adoptó cuatro hijos: Bill, Jimmy, Alex y Minnie.

             Falleció en 1964 tras una operación en la que se le puso un bypass, que después presentó complicaciones.

             Publicó sus memorias en el libro ¡Harpo Habla!

            ¿Saben Porqué Harpo no hablaba? La semana antes de navidad de 1915 en una ciudad del medio oeste, un empresario no quería pagarles su actuación y al final decidió pagarles el salario de 112 dólares y medio en monedas de penique, metidas en cuatro grandes sacas de tela. Lograron subirlas al tren en el que se iban de la ciudad y después se asomaron a la plataforma trasera del último vagón y Harpo gritó: “Adiós señor Welles, espero que su asqueroso teatro arda entero” y a la mañana siguiente descubrieron que el teatro había ardido hasta quedar reducido a cenizas. A partir de entonces los hermanos decidieron no dejar hablar más a Harpo porque su charla era demasiado peligrosa. Pero la verdad es que Harpo era un enamorado de la pantomima y el mimo.

             Julius Henry Marx, conocido artísticamente como Groucho Marx. Curiosamente nació el mismo día que yo, el 2 de octubre pero de 1890.

             Debutó en el mundo del espectáculo a los 15 años como cantante solista. Pasado algún tiempo comenzó a actuar junto a sus hermanos en el vodevil, primero en tríos o cuartetos musicales y finalmente en revistas. La obra Cocoanuts, dio a los Marx su oportunidad en Broadway. A raíz de este éxito, y tras olvidar su infructuoso rodaje de una primera y perdida película muda llamada "Humor Risk", firmaron un acuerdo con la productora de cine Paramount con la que hicieron varias películas, como "Los cuatro cocos", "Plumas de caballo" y "Sopa de ganso", entre otras.

             Tras salir de la Paramount, y gracias al productor Irving G. Thalberg, los hermanos Marx comenzaron a trabajar con la Metro Goldwyn Mayer, de donde salieron películas como "Una noche en la ópera" y "Un día en las carreras". En los años 50 cada uno de los tres hermanos continuó trabajando independientemente en radio, televisión y cine, siendo Groucho el que más éxito cosechó, gracias a su faceta como escritor y sobre todo gracias a su programa televisivo "Apueste su vida", con el que se hizo realmente famoso en los Estados Unidos, entre una generación de personas que nunca lo habían visto en el teatro y que apenas lo conocían de alguna de sus viejas películas.

              Groucho Marx falleció en Loa Ángeles a causa de una neumonía, dejando atrás tres ex-esposas, Ruth, Kay y Eden, tres hijos, Arthur, Miriam y Melinda, 18 películas, 14 de ellas junto a sus hermanos, y millones de admiradores. Una de sus célebres frases fue: "No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo". Groucho Marx fue incinerado, sus cenizas se guardan en el Eden Memorial Park, siendo falso el epitafio “Perdonen que no me levante” que popularmente se creía que estaba en su tumba.

             Groucho recibió un Óscar honorífico en 1974, tres años antes de su muerte.

              El nombre artístico de Groucho se lo ponen porque era el encargado de llevar la bolsa del dinero familiar “grouch-bag”.

              Al hermano pequeño le ponen Zeppo por su habilidad por las cabriolas, como las que hacía entonces el famosísimo chimpancé Zippo y al otro hermano Gummo por las suelas de goma de sus zapatos de baile. Todos acabados en O, una moda cómica de la época, pero no usaron estos nombres fuera del ámbito familiar hasta mitad de los años veinte.

           Zeppo trabajó en las cinco primeras películas es decir hasta “Sopa de Ganso” pero en “Una noche en la opera” desertó. Sus hermanos no lo llevaron muy bien y Groucho escribió una carta diciendo: “Eso nos va a complicar terriblemente las cosas sobre todo en los éxitos inesperados. En los viejos tiempos éramos cuatro: podíamos dividirnos tranquilamente en dos por litera. Ahora somos tres y es posible que haya una mala sensación”.

           GUMMO era el cuarto hermano por edad y tras quebrar una empresa de confección en la que estaba, trabajó para Universal pictures aprendiendo los trucos del negocio del cine pero en 1935 se asocia con su hermano Zeppo en una agencia de representantes de artistas, que para que no hubiera problemas, en un principio no tuvo en su cartera a sus hermanos. Al cabo de los años Gummo si fue el agente formal del resto de la familia.

            Los Hermanos Marx (convertidos en un trío, puesto que Zeppo acababa de dejar la trouppe) y Después de un cierto fracaso de público con Sopa de Ganso , la Paramount no quería producirles más películas, así que se vieron obligados a entrar de lleno en el "Studio system" de la Metro Goldwyn Mayer para poder rodar Una Noche en la Ópera (1935). Bajo la estricta producción de Irving Thalberg que les puso un sueldo fijo (150.000$) y un 15% de los beneficios. Aunque Irving Thalberg era el vicepresidente de la compañía y metía mano en las películas hasta en el montaje, su nombre nunca apareció en los títulos de crédito salvo en una película póstuma.

           Thalberg era un hombre muy ocupado había largas esperas de horas incluso de días que sufrían los actores, directores, guionistas, etc a la puerta de su despacho. Un día tras aguantar una larga cola de esas, los hermanos Marx consiguieron entrevistarse con Thalberg que a mitad de la reunión les dejó tirados para ir a otra conferencia. Así que del cabreo que cogieron el trío Marx, mandaron al botones del estudio a por patatas, después encendieron un fuego con troncos en mitad del despacho y se desnudaron mientras comían las patatas asadas. Thalberg volvió, le dio un ataque de risa y llamó al botones para que trajera mantequilla y acompañó a los hermanos en la merendola.






             Dirigida por Sam Wood, al que contrata e impone Thalberg, un profesional que repite decenas y decenas de veces las tomas para que queden perfectas. Tanta repetición provoca que en la secuencia que Harpo sube por una cuerda en el trasatlántico, el Marx mudo acabe con llagas y cortes en las manos. Los Hermanos odian al director pero descubren que es solo un hombre de paja y las tomas se hacen porque el productor las pide.

             El nivel de desmadre se ve reducido respecto a sus películas anteriores, a la par que se retoman los números musicales y se introduce una sub-trama romántica.

             Nunca hubo un largo de los Marx con tantos guionistas, incluso Buster Keaton redactó los mejores momentos de Harpo. Al fin y al cabo Harpo no hablaba y Keaton era un genio del cine mudo. Decenas de guionistas entraron y salieron puliendo las frases. Algunos sketchs y chistes fueron recuperados de antiguas películas e incluso de sus vodeviles como por ejemplo cuando Harpo infla un guante y hace que ordeña.

            Thalberg mete a un escritor de la MGM para que los hermanos no desbarren y el guión tenga una estructura, después contrata a dos guionistas por un lado y a otros dos por otro y mantiene a cada pareja a trabajar por separado para que no se interfieran y fueran más rápidos. Luego decide que los hermanos salgan de gira con los textos para probar los chistes con el público y limar los gags. Cómo aún así no funcionaba, Thalberg contrató a dos escritores más a uno de ellos Kaufman llegó a pagarle 100.000$ y después los hermanos Marx contrataron a uno más que aunque no figura en los créditos fue el autor de la mayor parte de “Una noche en la opera” Al Boasberg.

             Él fue el que escribió la delirante secuencia del camarote donde llegan a entrar hasta 15 personajes diferentes. Por lo visto Boasberg harto de esperar a Thalberg y a los hermanos rompió el texto de esa secuencia en mil pedacitos y los tiró al suelo, avisó al cuarteto que esa parte del guión ya estaba lista en la oficina y se largó. Cuando los otros llegaron tuvieron que recomponer el puzzle durante cinco horas.

              Se vuelven a lanzar a la carretera y a veces hacen hasta cuatro representaciones al día, teniendo en cuenta que cada función duraba dos horas. 
Esta vez con los otros actores del reparto: la actriz Margaret Dumont que interpreta a la Señora Claypool y que los hermanos la consideran la cuarta Marx porque en los años veinte se conocieron y pasó a formar parte de su compañía teatral y consiguió a la vez que ellos un contrato en la Paramount. En total estuvo con los hermanos en siete películas siempre haciendo el mismo tipo de personaje.

              También va de gira con ellos Allan Jones, el galán que sustituye a Zeppo y la dama joven Kitty Carlisle. Quien después de haber hecho de azafata en diferentes concursos de televisión terminó retirándose y reapareció en la película de Woody Allen “Días de radio”

               A estos dos últimos los cogieron para la película porque cantaban.

               Aunque los años no han pasado en balde para esta comedia, algunos de sus momentos como la firma del contrato ("la parte contratante...") o el camarote en el barco ("¡y dos huevos duros!") forman parte de los mejores momentos de la historia del humor cinematográfico.



¿Piensas que el cine de humor en blanco y negro puede ser recomendable para la infancia?


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