La palabra
ringorrango, en la cultura tradicional es equivalente al término olé, que no
tiene traducción ni significado específico pero que invita al optimismo, al
movimiento y al ritmo. Ya lo dice la canción, “Y a ese mandil, échale un
ringorrango que retumbe el agua en la arena….”.
Otra acepción de Ringorrango
–que también debería contemplar la RAE–, es la de: formación folklórica de
música tradicional creada en el año 2.011, en la ciudad de Zamora –aunque sus
componentes provienen de toda la extensa geografía española–, con la única
finalidad de divertirse.
Este grupo tan bien avenido formado por siete
miembros: Agustín, Amelia, Fernando, Elisa, Laura,
Mayra y Ruth, interpretan
repertorio melódico de: Castilla y León –ajechaos de Peñaparda, corridos
maragatos, baile sanabrés–, Extremadura –sones brincaos–, Cantabria –ligeros,
jotas montañesas –, Huelva –fandangos– y de Madrid –seguidillas–.
Todos tocan percusión
y ponen sus voces a los temas de folklore clásico dándoles su impronta
histérica. Además Agustín (el latin lover
de la formación) toca gaita sanabresa,
tamboril y flauta de tres agujeros y Ruth (la rubia peligrosa del grupo)
tañe el rabel – Instrumento musical pastoril, pequeño, de hechura como la del laúd y
compuesto de tres cuerdas solas, que se tocan con arco y tienen un sonido muy
agudo–.
Ya que este blog está
contado desde la perspectiva de género, y que la mayoría de los miembros de
esta banda son mujeres, permitidme que me dirija al grupo en femenino –espero
que los dos varones sepan sentirse incluidos en este genérico, de la misma
manera que las mujeres nos hemos visto obligadas a sentirnos incluidas en el genérico
masculino durante toda la vida–.
Hay que conocer a las
componentes del grupo Ringorrango para darse cuenta que en ellas todo es
alegría. La música, el baile, las ganas de vivir, eso es lo que te contagian en
cada concierto. Tienen ya su primer disco en el mercado: Ringorrango, y todo apunta a que será un éxito. Pues sin tan
siquiera contar con un departamento de management,
han conseguido tener la agenda llena de bolos.
Al ser en su mayoría
profesoras en diferentes instituciones, les ha servido para saber cómo optimizar
su tiempo y sus recursos, encargándose ellas mismas la responsabilidad de sacar
adelante el proyecto Ringorrango. Con la implicación tanto en lo artístico como
en lo administrativo, cada uno de sus miembros colabora con un compromiso burocrático
repartiéndose así todo el trabajo de oficina. Una de ellas lleva las redes
sociales, otra incluye contenidos en el blog, otra hace la gestión de los
bolos, y así sucesivamente hasta que está toda la tarea hecha. Eso si, sin
desatender la parte creativa.
En tan sólo tres años
de andadura como grupo ya han actuado en los más prestigiosos festivales de
folk de nuestro país y próximamente en otros foráneos.
Pero a pesar de lo
responsables que parecen, también son una pandilla gamberra y moderna que les
encanta disfrutar de la vida y divertirse con lo que más les gusta: La música y
el baile. Dejando bien claro que el folk no es una cosa de ancianos y que está
más vivo que nunca.
Y como se apuntan a cualquier
iniciativa creativa que caiga entre sus manos, os dejo el teaser de un futuro cortometraje tragicómico que gozaron
interpretando las componentes de este grupo tan variopinto e histérico.
Disfrutad viéndolo y
sobre todo “Que no pare la música”.
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