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lunes, 28 de septiembre de 2015

MULTITEATROS


La aparición del vídeo doméstico, a principios de
los años ochenta, provocaron una transformación del consumo audiovisual cinematográfico, actuando como producto sustitutivo de la sala de exhibición tradicional. El espectador estaba cambiando y quería tener una mayor oferta de ocio en un único local.
Por ese motivo –entre otros– hubo que adecuarse a los tiempos y se implantaron en España el nuevo concepto de multisalas de cine con un enfoque comercial. A partir de entonces proliferaron este tipo de establecimientos y a día de hoy no se concibe el concepto “sala de cine” sin tener una carta de películas entre las que elegir.
El siglo XXI con la popularización de internet –donde el usuario tiene ocio en cualquier dispositivo móvil al alcance de su mano– está obligando nuevamente al espectador a cambiar la manera de disfrutar su tiempo libre.
La llegada de la crisis y la subida de los impuestos a la cultura, ha hecho que se agilice el proceso de cambio y ahora le toque el turno al teatro. Pues aunque este es una de las pocas artes donde se hace necesario vivirla de una manera presencial, también su distribución y difusión han presentado en los últimos años una nueva vía de disfrutar de esa experiencia humana.
La oferta de salas alternativas ha proliferado en los últimos tiempos, pues en ellas varía la forma de relacionarse con el público, ya que el actor está tan próximo a su observador que podría parecer que este último forma parte del elenco, llegando incluso a provocar un cierto reparo el inmiscuirse en la vida de los personajes.
Si en los años sesenta se cerraban teatros para reconvertirlos en cines, ahora en los años diez de este nuevo milenio se están reciclando algunos cines abandonados, en salas de teatro.

 Hace tan sólo unos meses irrumpieron con fuerza los Teatros Luchana: un viejo cine reconvertido en multisalas de teatro que funcionan desde la mañana a la noche, para dar opción al espectador a elegir entre más oferta de espectáculos: comedias, dramas, monólogos, cabaret, infantiles, magia, etc. 

Con cuatro espacios en continuo ajetreo se puede elegir desde la taquilla, el horario de la función que más convenga, pudiendo ir varios miembros de una familia y repartirse entre las diferentes salas para ver teatro a gusto de todos. Se representan alrededor de 20 obras al mes entre las que se diferencian programaciones para público adulto e infantil. A la salida se puede quedar tranquilamente en el bar/restaurante y aprovechar para cenar todos juntos sin necesidad de moverse del lugar.

      Es un local de calidad y compromiso, para que el publico pueda degustar desde la más rica gastronomía hasta el mejor teatro. Incluso se puede comprar cena + espectáculo a precios populares. También hay colaboraciones con escuelas de artes escénicas y proyectos de formación para actores. El espacio lo que busca es la captación de alumnos de primaria y secundaria con el fin de conquistar a nuevas generaciones de público teatral, y para ello tiene actividades extra escolares como: talleres de informática o la escuela de ballet de Víctor Ullate.


En las cuatro salas de Los Teatros Luchana se conservan los proyectores del antiguo cine y antes de empezar cada función se proyectan cortos y tráilers que publicitan las obras, que están simultáneamente en cartel.

Jorge de las Heras fue socio fundador, gerente y programador de la Escalera de Jacob. Es actualmente uno de los socios mayoritarios, gerente y director artístico de este nuevo proyecto. Los actores Juan Diego y Fran Perea y el coreógrafo Víctor Ullate son otros de los socios de este fascinante experimento.
Por allí pueden verse actrices y actores conocidos, dramaturgos, directores de cine, escritoras/res y artistas en general que disfrutan viendo teatro y que se dan cita en la cafetería de este gran espacio cultural. Donde también se puede hacer uso del Wifi y trabajar desde el portátil en cualquiera de los rincones de estos 1.600m2 y sentarse en los cómodos sillones que invitan al descanso respirando un aroma cultural.



Ahora que las salas de cine tristemente se están cerrando para la explotación de globalizadas tiendas de ropa, es de agradecer que un grupo de amantes de la cultura hayan decidido reciclar los cines Luchana en teatros, pues además de generar cultura siguen conservando el sabor de los antiguos cines.
¿Crees que el público prefiere este tipo de espacios para ver teatro?

lunes, 21 de septiembre de 2015

MAGIA


Magia es la ilusión de crear algo en pocos segundos y ponerlo en evidencia ante la mirada atónita de los asistentes.

En época de crisis la gente necesita creer con más fuerza en la posibilidad de cambiar las cosas, para así poder conseguir los sueños anhelados. Quizá si todos aprendiéramos a hacer trucos de magia, podríamos utilizarlos para eliminar de nuestras vidas todo aquello que no nos gusta y cambiarlo por cualquier otra cosa que aunque se tratara de un espejismo, pudiera generar en los demás la ilusión del cambio para que se terminara convirtiendo en realidad. Porque cuando persigues con ahínco un sueño, este indiscutiblemente se acabará cumpliendo.

En los momentos difíciles, de soledad o tristeza es cuando más se necesita la magia y por eso los espectáculos de este tipo están proliferando por todos los barrios y salas de nuestro país, grandes o pequeñas.

       El rey del ilusionismo es David Copperfield pues tiene la capacidad de hacer desaparecer hasta la Estatua de la Libertad. 
Por desgracia nosotros no podemos verlo en nuestro país, sin embargo en España también tenemos maravillosos magos que no pasan desapercibidos para el carismático artista. El ilusionista estadounidense ha comprado los derechos para EEUU de un truco de nuestro mago más internacional: Jorge Blass.

Jorge ha inventado un juego para su espectáculo donde coge a una persona del público –elegida por varios de los asistentes–, le deja una Tablet y le hace entrar en su perfil de Facebook o twitter. Le dice que seleccione al azar a uno de sus amigos mientras gira rápidamente todo el listado de sus seguidores. Cuando queda patente la persona elegida, Blass proyecta su perfil de la red social en una pantalla gigantesca, para que todo el mundo lo pueda ver y reconocer con facilidad. Finalmente el amigo en cuestión aparece de un salto, al abrir una caja de cartón –aparentemente liviana– que hay en el escenario.
Es tan efectivo el juego, que aunque todos sabemos claramente que se trata de un truco y que evidentemente la producción del espectáculo ha tenido que traer a esa persona hasta el teatro, el público se queda anonadado y tarda tiempo en reaccionar.
Eso es la prestidigitación, la ilusión de creerte lo que el mago te está obligando a ver, mientras la rapidez de sus manos hacen que pueda llevarse a cabo la magia.
En casi todos los teatros de España hay ilusionistas, mentalistas, prestidigitadores, etc. Yo os voy a recomendar un par de espectáculos que se desarrollan en salas alternativas, porque creo que este tipo de shows es mejor verlos en las distancias cortas.

“Suerte”, lo lleva a cabo el joven mago y presentador de televisión Guillermo Martínez –conocido por el programa "Art Attack" de Disney Channel–.
Esta función es ideal para ir toda la familia y quedarse maravillado con los trucos y la simpatía de su autor.

Otra exhibición digna de recomendar es la que hace el mentalista Fito Crawford: “Straño, mentalismo en estado puro”. Perfecto para ir con la pareja y enterarte de lo que está pensando en ese momento. Crawford Tiene tanta afluencia de público, que ya lleva cinco años en cartel. No te lo puedes perder.

Cuando el camino se pone duro, la ilusión es lo único que nos hace tirar hacia delante.
¿Y tú, crees en la magia?