1. Nombre propio: Eminente
hombre del Renacimiento; astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico
italiano que estuvo relacionado estrechamente con la revolución
científica. Mostró interés por casi todas las ciencias y artes: música,
literatura, pintura, etc. Ha sido considerado como el padre de la ciencia, la astronomía
y la física moderna. Vivió en dos siglos: XVI y XVII.
2. Lugar: Eminente
sala de la contemporaneidad: música, humor, magia, solidaridad y espacio
multiusos madrileño que estuvo relacionado estrechamente con la movida. Muestra
interés por casi todos los estilos musicales: jazz, folk, canción de autor,
pop, rock, etc. Ha sido considerada como la sala más emblemática de conciertos
de Madrid. Ha vivido en dos siglos: XX y XXI.
Este antiguo cine reconvertido
en garito de copas con música en vivo, tendrá que celebrar el año que viene su
treinta aniversario de vida. En todo ese tiempo ha tenido que soportar: impuestos
revolucionarios por parte de los vecinos, cambios de leyes, normativas
injustas, subidas desmesuradas de tasas y todo tipo de requisitos legales en un
país donde cada cambio de gobierno implica nuevos y diferentes temas
burocráticos que afectan siempre más a la pequeña y mediana empresa.
Galileo Galilei ha ido
remando contra viento y marea a través de las inclemencias en tiempos
convulsos. Ha tenido épocas de esplendor y momentos deprimentes, consiguiendo salir
a flote y contribuyendo así al empoderamiento de la clase media de este país.
Las empresas al igual
que la ciudadanía, para poder sobrevivir en tiempos de crisis, tienen que reinventarse.
En sus casi treinta años de vida dos de estos periodos han tocado de lleno a la
mítica sala madrileña de conciertos que para solventarlos decidió no descansar
nunca. Con el estandarte “que no pare la
música”, la Galileo Galilei procura a su clientela, un concierto diario, incluso
algunos viernes tiene doblete y ofrece una sesión golfa de humor que empieza a
la una y media de la madrugada. También hace sesiones de DJ y alquila el
espacio para eventos de todo tipo, desde entregas de premios a programas de
televisión o incluso algunos domingos se convierte en lugar de culto para
religiones que carecen de templo donde congregarse. Durante un lapso de su vida
llegó a hacer hasta espectáculos de boys,
pues las facturas se acumulan y los bancos no aflojan por el hecho de que
haya una crisis mundial que nos afecte a todos.
Esta sala se puede sentir
orgullosa de no haber despedido a ninguno de sus empleados en toda su
existencia. Allí trabajan familias que incluyen a varios de sus miembros, son
camareros, limpiadoras, guardarropía, controladores de accesos, etc. La sala ha ido envejeciendo junto con su
personal hasta convertir a estos en casi, parte del mobiliario de una empresa
que lucha por sobrevivir y, seguir manteniendo unos dignos puestos de trabajo que
cada vez cuesta más sacarlos adelante.
Galileo Galilei es un
ejemplo de legalidad, paga religiosamente nominas, seguros sociales, autores y
todo el resto de aranceles que cada gobierno decide establecer tanto a la
cultura como al entretenimiento.
El artífice de todo
esto es Ángel Viejo, un hostelero de toda la vida, que empezó con su padre en
el negocio de la restauración y más tarde decidieron incluir música en vivo.
Eran los años ochenta cuando tres socios se juntaron
para abrir un lugar de copas donde, escuchar música en directo fuera un plus
que resultara atractivo para las salidas nocturnas. Crearon la Sala Clamores –que
fue todo un éxito– y llegaron a tener su propia banda musical; Clamores Jazz Band. Tres años más tarde
decidieron abrir una nuevo garito con música en directo que abarcara desde el
pop hasta el rock, sin olvidar el folk y las músicas del mundo, además de actuaciones
de magia y humor. Por allí han pasado artistas de todo tipo, incluyendo
estrellas internacionales como: Ara Malikian, Chico Cesar, Chucho Valdes,
Compay Segundo…
En el número cien de la castiza calle
Galileo de Madrid, se erige este Templo helénico con pinturas art déco. Y al
fondo del escenario –como si de un inmenso logotipo se tratara–, un neón
magenta que ilumina majestuosamente su nombre; Galileo Galilei. Según confiesa su propietario, ese luminoso nunca
le gustó pero tuvo que ponerlo, harto de que el nombre del local no apareciera
en ningún sitio. Y ahora tras los cientos de miles de artistas que por
allí han pasado se ha quedado la imagen del neón, plasmada en millones de
fotografías. Hoy se ha convertido en el
emblema de la sala que hace de este lugar un espacio inconfundible y con mucha
personalidad.
Galileo Galilei es un referente
de la cultura de nuestro país pues no queda prácticamente ningún artista que en
un momento u otro de su carrera no se haya subido a las tablas de tan emblemática
sala. No sólo han actuado músicos allí, sino también actrices/res, poetas,
bailarinas/ bailarines escritoras/res, humoristas, etc.
Como anécdota contar
que en mitad de un concierto de Pablo Carbonell, se fue la luz en todo el
barrio y saltaron las luces de emergencia. El artista haciendo alarde de su
profesionalidad, dijo que si todo el mundo guardaba silencio, él podría cantar
sin microfonía. Estuvo cerca de una hora más, haciendo el concierto hasta que
el propio encargado de la sala, le dijo que cortara ya que el grupo electrógeno
tenía una duración y también se apagaría. El público aplaudió a rabiar el esfuerzo y
disfrutó del privilegio de escuchar la música en estado puro.
Si el astrónomo
Galileo Galilei incluía entre sus logros la mejora del telescopio, la sala homónima
incluye entre sus logros la mejora de la salud de miles de espectadores a los
que ha servido de alimento para su espíritu, pues han reído, cantado y soñado
con las noches del neón magenta de la sala Galileo Galilei.
¿CREES NECESARIO DAR
FACILIDADES A LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA?
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