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lunes, 27 de abril de 2015

UNA RUSA EN MADRID





En 1.703 se fundó en Rusia la ciudad de San Petersburgo, pero en el año 1.914 se le cambió el nombre por el de Petrogrado, desde el año 1.924 se llamó Leningrado y en 1.991 volvió a ser San Petersburgo.
Todas estas transformaciones tenían su sentido: San Petersburgo quiere decir: La ciudad de San Pedro –el santo del zar Pedro el Grande–, su fundador. En la revolución rusa se convierte en Petrogrado, que significa El pueblo de Pedro, para quitarle el sentido religioso. Diez años después se cambia a Leningrado para honrar a Lenin, en la plenitud del comunismo. Al romperse la Unión Soviética, se rescata el nombre de San Petersburgo para recuperar la identidad de la Unión Rusa y así, borrar las señas del estado comunista.
En el siglo XX, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fue el principal modelo de socialismo estrictamente centralizado.
Y en el Leningrado de 1.967, en pleno apogeo del Partido Comunista de la Unión Soviética, nacía Elena Pliousnina, hija de dos profesores universitarios –una catedrática de ruso y un ingeniero–, a la que nada le hacía presagiar que un buen día, con poco más de veinte años, cogería sus maletas y se vendría a España en busca de un futuro diferente. Estudió español, Filología Románica y Turismo en la Universidad Estatal de Leningrado. Los vientos de la Perestroika –entre los años 1985 y 1992– la trajeron a España donde emprendió una nueva vida, trabajando como intérprete–traductora y guía turística. El amor y los avatares del destino la hicieron afincarse en la sierra noroeste de Madrid. Llegó a convertirse en empresaria hostelera estando a cargo del restaurante La Barbacoa de Zarzalejo, que se encuentra al pié de Las Machotas –dos enormes montañas que separan el monasterio de San Lorenzo de El Escorial (obra máxima de Felipe II), del municipio de Zarzalejo–.

En el año 2.012 cambiaron los vientos nuevamente para Elena, pero ella acostumbrada a las transformaciones tanto en su vida como en su ciudad natal, no tuvo demasiado problema en adaptarse a la nueva Perestroika. Y ya que esta palabra significa reestructuración, Elena decidió reestructurar su restaurante y su vida, dotando de un halo de esperanza a ambas cosas y dando un aire nuevo a su negocio. Decidió llamarlo La Parada Resto–Bar, debido a un semáforo real que le regaló un amigo y porque era un lugar donde los moteros hacían una parada obligada. 

Incluyó actuaciones en vivo todos los viernes y sábados. De esta manera esas dos noches, La Parada se convierte en una sala de conciertos y actuaciones, donde los visitantes pueden cenar, tomar una copa, picar algo y disfrutar de la música y del teatro en un agradable ambiente con chimenea y cómodos sofás. 

De entre los músicos y artistas que han pisado ese escenario se pueden nombrar a: Fernando de la Rua, Nancho Novo con Los Castigados sin Postre, Mercedes Ferrer, Javier Colina, Javier Bergia, ¡EA!, Mariel Martínez con "Esos otros Tangos", Pilar Ordóñez, Raquel Molina, Pepín Tré, Luis Fierro,  Amir Haddad, Daniel Higiénico y Tonky de la Peña con su Tonky Blues Band, entre otros.


La Parada es un bar–restaurante que ofrece a sus amigos y clientes una variada carta con precios populares que incluye platos vegetarianos como: Pastel de Cebolla y Queso, Cous-Cous con Verduras, Ensalada Griega, Ensalada Mediterránea con Aguacate, etc. También hay lugar para los carnívoros con carne a la brasa: Entrecot, Secreto, Costillas de Cerdo, Chuletas de cordero, etc. Y para los amantes del mar, tienen la especialidad de la casa: Salmón Fresco Ahumado en caliente –plato de origen ruso, que sólo se puede degustar en este restaurante–. Los golosos también encuentran su lugar en las tartas caseras: de Chocolate, de Arándanos, etc. Incluso se piensa en los más pequeños ofreciendo un Menú infantil. También organizan eventos y celebraciones  privadas. Para información y reservas hay que llamar al 91 8992043 y 627049952.

La Parada dispone de una terraza y accesos habilitados para minusválidos y carritos de bebés. El trabajo, la dedicación, el buen hacer y la calidad de los platos es reconocido por los fieles clientes que cada vez son más y más.
 La Parada–Restobar de Zarzalejo ha cosechado importantes éxitos entre el público de la sierra madrileña. Más de veinte años de trabajo en este restaurante han asegurado una clientela fiel y satisfecha y un ambiente de confianza y amistad en el local.
Elena Pliousnina lleva casi más tiempo en España que en Rusia pero sigue viajando a San Petersburgo cada verano donde le espera su familia, para que ni sus hijos ni ella olviden nunca la ciudad que la vio nacer.

¿Crees que cambiar de nombre a las cosas ayuda a superar etapas?

lunes, 20 de abril de 2015

LAS NOCHES DE MADRID




A partir del 21 de marzo que empieza la primavera y en cuanto sale un rayo de sol, en Madrid emergen las terrazas como si las hubieran sembrado un conjunto de Dioses. Parece que crecieran en cada rincón de la ciudad, un sin fin de enseres que colocados en su debido lugar, susurraran implorando la necesidad de ser usados. Los transeúntes a su paso, escuchan el clamor de sillas, mesas y sombrillas, y sienten la necesidad de aglutinarse a su alrededor, hastiados de tanto frío vivido durante el invierno ya en ocaso. Ante esa nueva imagen de la ciudad, la gente aprovecha cualquier segundo de su ajetreada vida, para poder broncearse un poco brazos y cara, poniéndose frente al sol, eliminando así, ese color verde aceituna que se queda en la piel cetrina por la hibernación.
Hasta ahí todo estupendo, si no fuera porque este síndrome post invernal genera en la ciudadanía una especie de claustrofobia, costándoles un mundo entrar en teatros, cines, conciertos o cualquier otro espectáculo que se desarrolle en un espacio cerrado. A partir de la primavera y hasta bien entrado el verano, este tipo de eventos pierden totalmente su audiencia, pues no hay manera humana de levantar al público, que estando sentados en la misma fachada del teatro, deciden no entrar al interior del edificio para disfrutar de la magia que suponen los espectáculos en vivo.
Pero si fuéramos capaces de dejar por un par de horas este fenómeno tan característico de la época primaveral, haríamos otro tipo de actividades que aún siendo también lúdicas, además son culturales. 


Hay restaurantes en los que durante o después de la cena, ofrecen espectáculos. Este es el caso de la cadena de restauración japonesa Miss Sushi, con una cuidada imagen vintage, estos restaurantes ofrecen un menú por 30€ donde al tiempo que disfrutas del mejor sabor de la cocina nipona, al terminar te invitan a ver un monólogo en La Escalera de Jacob. Sala alternativa de teatro que cuenta con una barra de bar y dos espacios donde ofrecer diferentes tipos de espectáculos. 

Existe la posibilidad de pedir una copa, para que con gin tonic en mano se pueda acceder a la sala y degustar del brebaje mientras se ve la función elegida. En Madrid existen varios espacios con esta posibilidad de espectáculo más copa, así tenemos el Teatro Alfil, el Teatro del barrio, el Of Latina, el Micro teatro, etc. Salas alternativas donde igual se puede ver a un mago sacar algo de su chistera, como disfrutar de una comedia desternillante.


La Escalera de Jacob es un claro ejemplo de esta modalidad –teatro of Gran Vía–, situado en la emblemática calle Lavapiés de Madrid, este espacio con años de solera dispone de hasta 38 espectáculos distintos a lo largo de los siete días de la semana. Los sábados y domingos comienzan por la mañana con teatro infantil –incluso para bebés–, y terminan en la hora golfa con funciones para adultos. Hay comedias, monólogos, obras de magia, musicales, mentalismo o improvisación, todo tiene cabida en la Escalera de Jacob. Pues sus múltiples expresiones artísticas están concebidas para un público que busca una alternativa a los circuitos convencionales de ocio. La clave de su éxito es la calidad de las propuestas ya que apuestan por el talento y la continuidad de las compañías.
Allí se desarrolla también el Festival de Cortometrajes Cortos con Ñ –que en 2015 celebrará su sexto aniversario–, donde los protagonistas de las películas van a las proyecciones para charlar con el público. También hay talleres de improvisación, de actuación frente a la cámara y de folclore español con Eliseo Parra. Un espacio abierto donde se organizan eventos para particulares, empresas o incluso cumpleaños infantiles.
Según la Biblia, La Escalera de Jacob es una escala por la que los ángeles ascendían y descendían del cielo, que fue vista por el patriarca Jacob durante un sueño, tras su huida por el enfrentamiento con su hermano Esaú. La escalera se le apareció a Jacob cuando iba huyendo, cansado y triste. Simboliza el puente entre el Cielo y la Tierra, un nuevo vínculo entre ambas dimensiones.
Basándose en esto, en 1990 el director británico Adrian Lyne dirigió una película estadounidense con este mismo nombre Jacob's Ladder un  psico thriller, mezclado con elementos del cine de terror. La película se destaca por su juego con distintos niveles de realidad.
Pues al igual que en la Biblia y en la película, este espacio alternativo madrileño tiene una escalera que divide a las dos salas de teatro, pudiendo ir del cielo al infierno en un abrir y cerrar de ojos y cambiando de realidad con tan sólo subir o bajar unos cuantos peldaños.


¿Te atreves esta primavera a levantarte de la terracita un par de horas y entrar en otra dimensión?

lunes, 13 de abril de 2015

JUGUETES ERÓTICOS

AMANTIS
Hasta hace relativamente poco, los sex-shop eran unos locales siniestros, abigarrados de enseres y artilugios con aspecto sucio y olor a naftalina. Sólo los hombres se atrevían a entrar, pues las mujeres que lo hacían solían ser las strippers que trabajaban allí. Ellas bailaban en unas cabinas a modo de escaparate y, los hombres metían monedas en una maquinita para que se abriera la cortina y durante unos minutos, pudieran masturbarse mientras las chicas se desnudaban ante su lasciva mirada. Cualquier otro tipo de mujer que se acercara a esos locales, parecía que fuera buscando guerra, o trabajo, que a esas alturas prácticamente eran una misma cosa.


Hoy en día todo esto ha cambiado y mucho. Siguen existiendo este tipo de establecimientos, pero han proliferado otros, mucho más modernos que son los llamados: “Tiendas Eróticas”, pues aunque en inglés se traduzca exactamente igual, en España son otra cosa bien distinta. Se trata de negocios donde se vende salud sexual, más cercanos a las farmacias o a las tiendas de regalos que a los antiguos sex-shops sólo aptos para “viejos verdes”. Estos nuevos lugares son atendidos por gente joven, con una imagen y un trato muy familiar, para que tanto mujeres como hombres se acerquen a ellos con total naturalidad, como simples consumidores de artículos que fomentan la sexualidad sana y en libertad.



A una de esas primeras tiendas que se instaló en Madrid le pusieron el nombre de Amantis –palabra compuesta por una sugerencia al arte de amar y por el nombre del insecto que con su infame conducta amatoria, en ocasiones la hembra adulta, se come a su pareja justo después del apareamiento, e incluso durante. Aunque a pesar de ello, los machos nunca rehuyan la oportunidad de reproducirse. Se trata de nuestra querida Mantis religiosa. Un nombre tan sugerente que invita a querer saber lo que pasa puertas para dentro.
En el año 1998, un chileno afincado en Madrid llamado Carlos Mateo, fue el ideólogo e impulsor de esta nueva modalidad sexual. Se le ocurrió sacar los juguetes del armario, sacudirles la naftalina y convertir los artículos de sex-shop en un negocio normal. Con la ilusión de hacer fácil, divertido y accesible para todas las personas, el maravilloso mundo de los complementos para adultos. Carlos decidió alquilar un pequeño local en Madrid, en un barrio tan emblemático como Chueca, al que puso de nombre Amantis, para compartir la lucha por los derechos de las minorías sexuales. Y desde entonces y hasta ahora, el número 46 de la C/ Pelayo se ha convertido en todo un referente del placer sexual.
Al año siguiente, su hijo Cristobal decidió poner en funcionamiento la página Web www.amantis.net, para que todo aquel que quisiera pasar desapercibido, pudiera comprar este tipo de artículos en total anonimato. La versión On Line de Amantis fue todo un éxito y a partir de ese momento, Cristóbal se convirtió en el CEO de la empresa –Chief Executive Officer, el máximo nivel de decisión de la compañía; el Director General–.
Hoy en día, un equipo de 20 personas trabajan para dar ilusión y satisfacción a todos sus clientes en tres tiendas: C/ Pelayo 46 y C/ Ribera de Curtidores 10 en Madrid, C/ Torrent de l’Olla 145 en Barcelona, y un almacén también en Madrid, que surte a todos sus locales. Pero especialmente para todo el mundo a través de su web en español y en francés www.amantis.fr
Algunos de sus trabajadores habituales son:
Nikki, dependienta BDSMMarta, Community ManagerCristóbal, CEO, Pilar, experta en TupperSex... 

Pero quedan muuuuuchos más. Un negocio familiar donde padre e hijo trabajan mano a mano para hacer feliz y enseñar a disfrutar a todo tipo de público.

¿CREES NECESARIO EDUCAR EN SALUD SEXUAL?