Aún quedan pueblos en
España donde, por increíble que parezca, en invierno tan sólo viven cuarenta y
siete personas. Este es el caso de El
Pobo –que significa El Chopo o Álamo – y en el que nieva prácticamente
todos los meses del año. Esta localidad se encuentra situada en la provincia de
Teruel de la comunidad autónoma de Aragón, y aún conserva sus costumbres más
ancestrales.
Por el peligro que
encierra la pérdida de las raíces, Los/as
Pobinos/as organizan un festival
anual para dar a conocer sus tradiciones al resto del mundo. Estamos hablando
del Poborina Folk (Festival de músicas con raíz).
El fin de semana más
cercano a la noche de San Juan –para hacer de la noche más corta, la más larga
del año–, hay cita obligada en El Pobo, con música, bailes, artesanía, exposiciones,
romanceros, espectáculos infantiles, gastronomía, y todo un lujo de placeres rurales
que no se interrumpen ni de día ni de noche y que se convierten en un
paréntesis de tu vida habitual.
Todo empezó hace ya
dieciséis años, cuando vecinos y veraneantes se pusieron de acuerdo para que
sus famosas Albadas de San Juan Bautista– Cantos que se entonaban al alba, pudiendo ser por motivos religiosos o
sencillamente para rondar a las muchachas en edad casadera–, no se perdieran por
el desuso. Ya que la actividad frenética urbana diaria, nos obliga a estar cada
vez menos en contacto con la tierra, y nos hace olvidar lo que es verdaderamente
importante en la vida.
En el festival se dan
cita alrededor de cuatro mil personas para escuchar buena música y saborear el
folclore popular en todas sus ramificaciones. Disfrutando en las dos plazas y
calles del pueblo, a las Orquestas de Folk, Rondallas, Bandas Callejeras, incluso
la práctica del Yoga, donde la energía Kundalini es amenizada con música en
vivo. Todo tipo de artistas y artesanos hacen de este lugar tan pequeño en el
mapa, gigante en el corazón, acompañado del inconfundible sonido de la dulzaina
y el tamboril.
Poborina Folk es algo
más que música, es un encuentro cultural donde la tradición oral vuelve a estar
patente, para que los adultos enseñen a los niños y niñas que allí se
concentran, a valorar y disfrutar las riquezas de la naturaleza. Desde una
chocolatada para los críos, a rutas senderistas guiadas. Pasando por la ingesta
de un huevo de corral –frito en aquel mismo instante–, y por el que la gente
hace cola en la plaza del ayuntamiento para poder saborear con pan, ese manjar
de Dioses –tan minusvalorado en las grandes urbes–, y así apreciar el verdadero
sabor del campo.
También hay juegos y
talleres, donde mayores y pequeños se divierten viendo cómo es la flora y fauna
autóctona de la comarca. Y además aprenden a reciclar, serigrafíar camisetas, o
a dibujar el Ardacho –lagarto ocelado–, logotipo del festival.
No le falta espacio a
la lengua, pues cada persona que llega al Poborina Folk, recibe una palabra
aragonesa distinta –escrita en un papel–, que debe verbalizar en algún momento
de su estancia. De esta manera se está recuperando un diccionario aragonés con
palabras que ya estaban perdidas. En mi tarjeta ponía escrito: “Somarro/a: Un tipo somarro es un
personaje seco, rancio… Las piernas de
caza y cordero secas también son somarros”.
Ya nunca la olvidaré.
En El Pobo siempre hay
alguien dispuesto a hablar o a escuchar, porque el trato entre personas es lo
que se fomenta. Los cuarenta y siete vecinos
que allí viven, cuentan que se reúnen los lunes para comer, los
miércoles para organizar el festival del año siguiente, y en general cuando un
vecino tiene la puerta de su casa abierta, es una invitación para pasar.
Autóctonos y
veraneantes de esta población Turolense han conseguido trasmitir a sus hijos y
nietos a través de su cultura, la tradición y el orgullo de ser Aragonés.
Ahora tras dieciséis
ediciones, El Pobo se ha vuelto a marcar en el mapa como parada obligada llena
de música, bailes, DJs, comida y bebida sin interrupción desde el viernes por
la tarde hasta el domingo al mediodía. Se clausura el festival con una comida
de hermandad entre: artistas, invitados, voluntarios y socios de la Asociación
Cultural “El Ardacho”.
Y así año tras año,
los veraneantes y amigos ayudan a que este festival salga adelante, no sin el
esfuerzo de sus vecinos empeñados en no perder sus tradiciones.
En el Poborina Folk
2014, pudimos escuchar a: Alfarifes,
Esfuriatronadas, Rondalla de El Pobo, Limbotheque, Bandarra Street Orkestra,
Metal Cambra, DJ Paco Nogue, Olga y
los Ministriles, Charraire, El Halcón y la auténtica banda de los Zorros
plateados, Tambores de Teruel, Barcelona Gipsy Klezmer Orquestra y La M.O.D.A (La
maravillosa orquesta del alcohol).
También se pudo hacer
una observación de las estrellas y cómo no, la famosa hoguera de San Juan. Donde
los presentes quemaron papeles escritos –con malas experiencias–, para que el
fuego ahuyentara las malas energías y purificara los deseos.
Como colofón final y para
cerrar el Poborina Folk 2014, Se hizo
una grabación en falso directo, para el programa de folk de Radio Nacional,
Radio 3 TARATAÑA.
El próximo sábado 28 y
domingo 29 de junio, a las seis de la mañana, o en los Pod Cast de Radio3 podremos
escuchar la retransmisión del festival en el programa de Fernando Íñiguez.
¿Crees necesario
recuperar las viejas tradiciones?
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