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lunes, 23 de junio de 2014

LA ESPAÑA PROFUNDA




Aún quedan pueblos en España donde, por increíble que parezca, en invierno tan sólo viven cuarenta y siete personas. Este es el caso de El Pobo –que significa El Chopo o Álamo – y en el que nieva prácticamente todos los meses del año. Esta localidad se encuentra situada en la provincia de Teruel de la comunidad autónoma de Aragón, y aún conserva sus costumbres más ancestrales.
Por el peligro que encierra la pérdida de las raíces, Los/as Pobinos/as organizan un festival anual para dar a conocer sus tradiciones al resto del mundo. Estamos hablando del Poborina Folk (Festival de músicas con raíz).
El fin de semana más cercano a la noche de San Juan –para hacer de la noche más corta, la más larga del año–, hay cita obligada en El Pobo, con música, bailes, artesanía, exposiciones, romanceros, espectáculos infantiles, gastronomía, y todo un lujo de placeres rurales que no se interrumpen ni de día ni de noche y que se convierten en un paréntesis de tu vida habitual.

Todo empezó hace ya dieciséis años, cuando vecinos y veraneantes se pusieron de acuerdo para que sus famosas Albadas de San Juan Bautista– Cantos que se entonaban al alba, pudiendo ser por motivos religiosos o sencillamente para rondar a las muchachas en edad casadera–, no se perdieran por el desuso. Ya que la actividad frenética urbana diaria, nos obliga a estar cada vez menos en contacto con la tierra, y nos hace olvidar lo que es verdaderamente importante en la vida.



En el festival se dan cita alrededor de cuatro mil personas para escuchar buena música y saborear el folclore popular en todas sus ramificaciones. Disfrutando en las dos plazas y calles del pueblo, a las Orquestas de Folk, Rondallas, Bandas Callejeras, incluso la práctica del Yoga, donde la energía Kundalini es amenizada con música en vivo. Todo tipo de artistas y artesanos hacen de este lugar tan pequeño en el mapa, gigante en el corazón, acompañado del inconfundible sonido de la dulzaina y el tamboril.

Poborina Folk es algo más que música, es un encuentro cultural donde la tradición oral vuelve a estar patente, para que los adultos enseñen a los niños y niñas que allí se concentran, a valorar y disfrutar las riquezas de la naturaleza. Desde una chocolatada para los críos, a rutas senderistas guiadas. Pasando por la ingesta de un huevo de corral –frito en aquel mismo instante–, y por el que la gente hace cola en la plaza del ayuntamiento para poder saborear con pan, ese manjar de Dioses –tan minusvalorado en las grandes urbes–, y así apreciar el verdadero sabor del campo.
También hay juegos y talleres, donde mayores y pequeños se divierten viendo cómo es la flora y fauna autóctona de la comarca. Y además aprenden a reciclar, serigrafíar camisetas, o a dibujar el Ardacho –lagarto ocelado–, logotipo del festival.

No le falta espacio a la lengua, pues cada persona que llega al Poborina Folk, recibe una palabra aragonesa distinta –escrita en un papel–, que debe verbalizar en algún momento de su estancia. De esta manera se está recuperando un diccionario aragonés con palabras que ya estaban perdidas. En mi tarjeta ponía escrito: “Somarro/a: Un tipo somarro es un personaje seco, rancio… Las piernas de  caza y cordero secas también son somarros”.
Ya nunca la olvidaré.

En El Pobo siempre hay alguien dispuesto a hablar o a escuchar, porque el trato entre personas es lo que se fomenta. Los cuarenta y siete vecinos  que allí viven, cuentan que se reúnen los lunes para comer, los miércoles para organizar el festival del año siguiente, y en general cuando un vecino tiene la puerta de su casa abierta, es una invitación para pasar.
Autóctonos y veraneantes de esta población Turolense han conseguido trasmitir a sus hijos y nietos a través de su cultura, la tradición y el orgullo de ser Aragonés.

Ahora tras dieciséis ediciones, El Pobo se ha vuelto a marcar en el mapa como parada obligada llena de música, bailes, DJs, comida y bebida sin interrupción desde el viernes por la tarde hasta el domingo al mediodía. Se clausura el festival con una comida de hermandad entre: artistas, invitados, voluntarios y socios de la Asociación Cultural “El Ardacho”.
Y así año tras año, los veraneantes y amigos ayudan a que este festival salga adelante, no sin el esfuerzo de sus vecinos empeñados en no perder sus tradiciones.

En el Poborina Folk 2014, pudimos escuchar a: Alfarifes, Esfuriatronadas, Rondalla de El Pobo, Limbotheque, Bandarra Street Orkestra, Metal Cambra, DJ Paco Nogue, Olga y los Ministriles, Charraire, El Halcón y la auténtica banda de los Zorros plateados, Tambores de Teruel, Barcelona Gipsy Klezmer Orquestra y La M.O.D.A (La maravillosa orquesta del alcohol).
También se pudo hacer una observación de las estrellas y cómo no, la famosa hoguera de San Juan. Donde los presentes quemaron papeles escritos –con malas experiencias–, para que el fuego ahuyentara las malas energías y purificara los deseos.


Noche de San Juan
El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.
Suave como un sauzal está la noche.
Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.
La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.
Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas.
Jorge Luis Borges
Fervor de Buenos Aires (1923)

Como colofón final y para cerrar el Poborina Folk 2014, Se hizo una grabación en falso directo, para el programa de folk de Radio Nacional, Radio 3 TARATAÑA.
El próximo sábado 28 y domingo 29 de junio, a las seis de la mañana, o en los Pod Cast de Radio3 podremos escuchar la retransmisión del festival en el programa de Fernando Íñiguez.

¿Crees necesario recuperar las viejas tradiciones?


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