ARTE:
–Manifestación de la
actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y
desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos,
lingüísticos o sonoros.
ARTISTA:
–Persona dotada de la virtud y disposición
necesarias para alguna de las bellas artes.
BELLAS ARTES
–Cada una de las que tienen
por objeto expresar la belleza, y especialmente la pintura, la escultura, la
arquitectura y la música.
Si, pero… ¿En quien se fija el arte y qué
criterios sigue para tocar con su varita mágica? Porque cuando lo hace, el alma
de la persona elegida, rebosa tanto deseo que ya no puede parar de crear.
Se habla de actores,
actrices, escritores, escritoras, pintores, etc. pero los creadores aún siendo
conocidos por una rama concreta de esas manifestaciones artísticas, tienen la
necesidad vital de expresarse desde otros campos –aunque muchos de aquellos creadores
no superen la primera fase de ejecución de las otras disciplinas–. Sin embargo
como siempre que el alumno está preparado, aparece el maestro que enseña a dar
rienda suelta a la creatividad, hay bastantes artistas que consiguen ejecutar
varias expresiones a la vez, llevados por una necesidad compulsiva del espíritu,
sin que la mente pueda controlarlo.
Este es el caso de Cristina González Narea, cantautora,
poeta y escultora, que nació en Santiago de Chile pero pasó toda su adolescencia
en Madrid donde actualmente vive.
Su madre tuvo un dúo de boleros muy famoso en
México, Chile y Cuba; “Sonia y Miriam”,
así que era lógico pensar que aquella niña que escuchaba admirada a su
progenitora cantar, terminaría subiéndose al escenario para hacer lo mismo y para
que su madre se sintiera orgullosa de ella, de sus composiciones y de su voz.
Su vena de artista le viene de una familia
donde siempre se escuchaba música en casa, se leían libros, se iba cine, donde
el arte y la cultura tuvieron un lugar muy importante. Así que dentro de su
formación, el aspecto creativo fue vital.
Cuando era pequeña, un gran poeta chileno –amigo
de su padre– Julio Barrenechea, le regaló un cuaderno con hojas en blanco. Así
fue cómo Cristina empezó a escribir y a leer poesía, a apreciar la belleza y a
su contrario y a permitirse la emoción de enfrentarse a una obra de arte, o a cualquier
otra expresión artística mientras aprendía de todo ello.
En el año 1981 decidió volver a su tierra natal
para trabajar desde el arte y la cultura en contra de la dictadura
chilena. Y fue allí durante el curso del 83, cuando empezó a componer canciones
como cantautora, consiguiendo editar su primer casete “Mensajero del Amor”,
con temas propios que reflejan lo que se estaba viviendo en el Chile de aquella
época tan convulsa. A día de hoy Cristina Narea ya lleva seis discos editados.
A los pocos años regresó a España huyendo de
las represalias de una dictadura tan cruenta como todas, pero en este caso
encabezada por el procesado por crímenes de lesa humanidad; Augusto Pinochet.
Al
llegar a España y durante los años que siguieron, estuvo colaborando
musicalmente con grupos como Nacha Pop, Nacho G Vega, Antonio Vega, Revólver,
Navajita Plateá, , Sabina, Estopa , Miguel Ríos, Rosana, 21 Japonesas, Hilario
Camacho, Miguel Bosé, Manolo Tena, Dalma, Tontxu, Manolo García… Pero con quien
compartió más tiempo escenarios y conciertos fue con el músico Luis Eduardo Aute, con el que a día de hoy sigue colaborando en giras y canciones.
Cristina Narea compone la música y letra de sus
propios temas, también escribe poesía y se siente afortunada por darle
rienda suelta a su creatividad y poder vivir de ello –en un país donde la cultura se considera un
artículo de lujo y, los artistas están condenados a la mendicidad o a utilizar
su talento con fines no lucrativos–. Sin embargo Cristina sigue considerando el
arte como una opción de vida.
En el 2014 volvió al Chile que tanto añoraba
para grabar entre sus dos patrias su último disco (auto–producido), Huesos de mar, que propone una fusión
del folclore latinoamericano, canción de autor con pinceladas de jazz, un toque
rock y la cadencia del blues. Narea ha estado dando conciertos en los dos países,
sesiones que a veces plantea como recitales de música y poesía.
Se considera amante de la expresión plástica en
general, de la pintura y la escultura principalmente:
“Como
no sé dibujar nada de nada, empecé con el recorta y pega, la técnica clásica
del collage, para poder plasmar imágenes sugerentes y personales. Me parece una
expresión llena de posibilidades, que me apasiona y me divierte muchísimo, y lo hago entre canción y canción”
Cristina Narea.
Y eso fue lo que pasó la tarde del pasado 6 de
febrero en la Galería Artística y espacio de encuentros Café Atelier, que Cristina
Narea, guitarra en mano, cantaba para sus amigos y resto de la audiencia que se
congregaban allí, para dar a conocer otra de sus facetas de artista, la de
creadora de una exposición de collage basada en los perfiles de diferentes
tipos de colibríes.
¿Porqué colibríes?
“Buscando
la imagen para mi último disco “Huesos de Mar”, hice un primer colibrí en
collage ya que es un ave que vive en toda América. Es un pájaro pequeñito, el
más pequeño de todos, pero con un corazón que es capaz de latir con una
intensidad tal que pudiera no corresponder a su tamaño. Exactamente igual que
existen personas con semejante corazón que hacen de este mundo un lugar más
hermoso y habitable.
Luego
me salió otro colibrí más, y otro más, y todos ellos tomaron vida propia, así
que decidí hacer una serie (actualmente son 20). Al final trabajé para el disco
con un collage diferente”.
C.N
Para aquellos que les haya despertado
curiosidad esta exposición y quiera visitarla, estarán expuestos hasta el
viernes 13 de marzo en Atelier C/ Embajadores 26, Madrid.
Simplemente para admirar el arte como pura manifestación de la belleza por sí misma.
¿Y tú qué serías capaz de crear?
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